El Salvador registró unos 3.954 homicidios durante el 2017, un 25% menos que los registrados en 2016, baja atribuida a la implementación de las medidas extraordinarias de seguridad que el Gobierno mantiene contra las pandillas, informaron autoridades de Seguridad.
En 2017 se registraron 1.326 muertes violentas menos que las 5.280 de 2016, que es considerado el segundo año más violento de la historia reciente de El Salvador.
Según autoridades de Seguridad, esta reducción situó la tasa de homicidios de 2017 en 60 por cada 100.000 habitantes, más de 20 puntos por abajo de los 81,7 registrados en 2016.
No obstante, la tasa de muertes violentas por cada 100.000 habitantes es superior al índice de 10 considerado por los organismos internacionales de salud como una epidemia de homicidios.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, aseguró este 31 de diciembre en su mensaje de fin de año que los "éxitos" alcanzados durante 2017 en materia de seguridad le permitirán al país avanzar con "firmeza" en la lucha contra el crimen, principalmente de las pandillas, en 2018.
El 2017 es el segundo año consecutivo en el que El Salvador registra una baja en los homicidios, que se situaron en niveles similares a los registrados en los años previos a una polémica tregua entre las pandillas, promovida por el Gobierno entre 2012 y 2014.
Sin embargo, esta vez la baja es atribuida a una serie de medias "extraordinarias" de seguridad que el Ejecutivo de Sánchez Cerén lanzó contra las pandillas en marzo de 2016 y que incluyeron el recrudecimiento del sistema carcelario y la creación de un comando elite rural de 1.000 agentes.
Diferentes sectores, incluida la ONU, han criticado estas medidas de seguridad y pedido su final por las supuestas violaciones a derechos humanos que generan, principalmente las aplicadas en las prisiones.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por sus tasas de homicidios de 103 y 81,7 por cada 100.000 habitantes en 2015 y 2016, respectivamente.