Un fotoperiodista mexicano que había denunciado amenazas de policías apareció muerto este viernes, un día después de ser secuestrado en su casa de San Luis Potosí, en el centro de México, informaron las autoridades.
El mecanismo para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, que depende del Ministerio del Interior, confirmó el asesinato de Edgar Daniel Esqueda Castro, que trabajaba como fotógrafo de temas policiales y de espectáculos.
Esqueda, colaborador de las páginas "Metropoli San Luis" y "Vox Populi" de San Luis Potosí, había sido secuestrado el jueves de su casa presuntamente por personas armadas vestidas como policías. Su cuerpo apareció con signos de tortura, de acuerdo con medios locales.
Este año han sido asesinados al menos 11 periodistas y el hijo del director de un semanario en México, uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio de la profesión.
En julio Esqueda había sido amedrentado dos veces por policías ministeriales y había presentado la denuncia. Sin embargo, no contaba con la protección del mecanismo federal, que había sido informado del caso por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí.
Según el mecanismo, después de conocer las amenazas se comunicó con el periodista para ofrecerle protección, pero Esqueda "comentó que ya no había tenido ningún nuevo incidente de agresión, amenazas o correos intimidatorios" y que había presentado una denuncia penal.
De acuerdo con la Comisión Estatal, el 4 de julio, cuando tomaba unas fotos sobre un tiroteo, cinco policías "lo amenazaron con quitarle la cámara, además de golpearlo, si continuaba tomando fotografías". Los policías le obligaron a borrar el material y lo echaron del sitio.
El 13 de julio "acudió a cubrir otro evento y nuevamente los policías ministeriales interfirieron en su trabajo, pidiéndole sus identificaciones y fotografiando sus credenciales, intimidándolo diciéndole que lo estarían vigilando así como su domicilio, pues quizá con sus notas les daba información a "los malos".
La Fiscalía de San Luis Potosí negó el jueves que la policía estatal hubiera estado implicada en el secuestro del periodista.