Por Alejandro Herrera Núñez.
Hombre de gestión de emergencias y demócrata, esa es la mejor definición de quién fue Sebastián Piñera. Sus gobiernos enfrentaron terremotos, maremotos, disturbios sociales y hasta una pandemia. El hombre era un bombero de la nación. Hizo del rescate de treinta y tres mineros un asunto de Estado, y los rescató a todos. De igual manera ha sido su final.
No me sorprende que las últimas palabras de Sebastián en ese fatídico vuelo fuesen, según testimonio de su hermana Magdalena:
“Salten ustedes primero, porque si salto yo con ustedes el helicóptero nos caerá encima a todos”.
Reacciones en LinkedIn
A través de comentarios, pésames y recuerdos reconstruimos la mirada caleidoscópica de un hombre tan poliédrico como era el presidente Piñera.
“Hombre de gestión de emergencias”, esa es la mejor definición que encontré en LinkedIn de quién fue Sebastián Piñera, una definición acertada de Sergio Mendoza Lira.
“Murió como un hombre, como un capitán de nave, con honor” menciona a modo de epitafio Ulises Araya en esta red. Otra definición elocuente la da José Ignacio Escobar, CEO de Colbun, quien lo recuerda así: “fuiste un gran impulsor de la transición energética. Gracias a tu incansable curiosidad, me tocó en diversas oportunidades compartir contigo los detalles sobre los beneficios de las energías renovables, sus números, sus detalles técnicos, cómo funciona hasta el último perno de un aerogenerador, de un panel solar o de un auto eléctrico. Comprendiste que una transición de esta magnitud no es tarea de un sólo gobierno, sino que debe ser una política de Estado. Gracias por todo”.
Juan Guillermo Walker, menciona así mismo: ” el presidente Piñera impulsó las licitaciones de terrenos fiscales como ningún otro gobierno. Ratificó y potenció las licitaciones eléctricas para renovables e intentó reducir las brechas tecnológicas y de mercado”. Una opinión que también confirma Julio Fournier Fisas, “nosotros, en los días de SunEdison, tuvimos también muy buena experiencia con su gobierno”.
El escritor Juan Eduardo Oda describe muy bien a Piñera al referirse como la izquierda lo agarró de piñata de cumpleaños para darle duro, y esto por ser su némesis que representaba todo lo que odiaban como eran su éxito, su esfuerzo y compromiso.
O en palabras de Víctor Hugo Gutiérrez quien recordando la proyección internacional que tuvo Chile con la gestión del rescate de los mineros, menciona: «La noticia dio la vuelta al mundo y nos puso en lo más alto como demostración de capacidad y eficiencia. Los gringos te decían: ‘from Chile? Whoa, man, amazing rescue!’»
O como señala Inés Farfán Ulloa, quien lo recuerda como el “único presidente que se propuso conducir a Chile al desarrollo , y tal vez, si no hubiese por el mal que siempre acecha, lo hubiésemos logrado”. Son precisamente estas palabras de Inés las que más se sienten, la de una oportunidad perdida. Y todos conocemos muy bien lo que se siente eso.
Los odios
Pero no faltaron las mezquindades políticas. El Museo de la Memoria en un acto staliniano borró su publicación donde recordaban la trayectoria del ex presidente y reconocían su vocación de demócrata. El solo acto de borrarlo es una canallada y prueba por otro lado una situación dictatorial dentro de instituciones como el de dicho museo. Qué les cuesta un pésame.
Eugenio Ponisio acierta cuando califica este acto el cual demuestra que incluso ” entre ellos no concuerdan”, refiriéndose a los grupos que manejan la institución. Y en efecto el desorden de la izquierda se manifiesta hasta en un post de Instagram.
El hecho que desaparezca de la escena política alguien con esa capacidad en un momento en que en Chile el gobierno actual se supera en la inercia (son cientos de muertos por incendios provocados), solo plantea la ausencia de liderazgo en Chile. Muchos de la derecha culpaban a Piñera por el asalto al poder de la izquierda más radical, sin embargo cabría preguntarse ¿dónde estaban los críticos de Piñera cuando necesito a esa mayoría silenciosa frente a los octubristas del 19? Un líder también necesita de su pueblo, pero esa es también la soledad del líder que Piñera asumió estoicamente.
El extraño accidente
Piñera no es el primer presidente o político en morir así. En Latinoamérica estos “accidentes” en aeronaves son frecuentes, solo recordar a Torrijos en Panamá, o a Barrientos en Bolivia. Lo extraño del accidente que llevó a la muerte a Piñera que él era piloto de helicóptero desde 2004, y en 2011 tuvo un aterrizaje de emergencia que solucionó exitosamente, además tenía una basta experiencia y había renovado su licencia recientemente. Estaba claro que no era ningún novato. Se estima en alrededor de 1200 horas de vuelo su experiencia de piloto de helicóptero. Otro detalle es que hasta donde se sabe el helicóptero no tenía caja negra. Incluso sus índices de popularidad ya comenzaban a recuperarse, así que no era de extrañar que fuese de nuevo presidenciable.
Según los expertos la investigación arrojaría su muerte por desorientacion espacial al perder la visibilidad. Hasta ahí lo que se pueda saber. Mientras tanto Chile sigue incendiándose y ya no hay bombero.
El bombero demócrata
Se le recuerda especialmente por la reconstrucción de Chile después del terremoto de 2010, y también del rescate de los mineros que vio el mundo entero y su acertada gestión durante la pandemia.
Pero también era un demócrata, elegido dos veces por el pueblo, quien voto por el No en el plebiscito de 1988 para que termine la dictadura. Alguien quien siempre estuvo dispuesto al diálogo, que enfrentó revueltas sociales hasta donde pudo y hasta donde su propio pueblo lo acompañó. Alguien dispuesto a conversar. Alguien de una derecha saludable y jamás extremista, una derecha que se extraña tanto ahora y que con su partida cada vez hará más falta.