Blanca Azucena Hernández se acercó a la Junta Receptora donde emitiría su voto, con sus manos descifró el nombre de cada partido, caminó hacia la urna y marcó, consciente que su participación en los comicios presidenciales incidiría en el futuro del país. Hernández es una persona no vidente, sin embargo su condición no fue una excusa para dejar de participar.
A primeras horas de la mañana, la señora caminó junto a su familia y a su fiel amigo el bastón hacia el pabellón 1 del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) dispuesta a ejercer su sufragio.
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“Nosotros votamos a través del sistema Braille, en la papeleta se encuentran unas ventanitas en donde está el nombre de cada bandera y un cuadro que es el que nos indica donde marcar”, expresó Hernández con una sonrisa.
Explicó que desde que se implementó la metodología en el año 2000 no ha dejado de asistir a una elección, ya que es un deber y un derecho a la democracia y que está consciente que su decisión se reflejará en el nuevo mandatario.
Dijo que esperaba que el nuevo presidente cumpliera con la plataforma de Gobierno presentada.
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“Los jóvenes también participamos”
En ese mismo centro de votación, Andrea María Graso hizo la cola pacientemente para esperar su turno a votar, la joven dijo que se sentía motivada de ser parte de una decisión de país.
“Es un deber y derecho, estamos esperando un cambio del país y como joven estoy súper incentivada de ir a votar”, expresó Graso, quien agregó que esperaba un cambio positivo y de buenos resultados.
Manifestó que del nuevo mandatario espera mejoras en temas de seguridad, educación y generación de empleo.
Un ejemplo para las nuevas generaciones
Ana Lilian, de 72 años, decidió inculcar su ejemplo a los más jóvenes, quien era trasladada a través de una silla de rueda por sus nietos.
Vanegas comentó que desde su juventud ha participado en las elecciones y que ahora es tiempo de ir enseñándole a las nuevas generaciones, en su caso, a sus nietos.