La ganadora del Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, acusó este jueves al presidente guatemalteco, Jimmy Morales, de impedir la llegada de ayuda internacional para las víctimas de la erupción del Volcán de Fuego.
"El Estado no ha tomado ese liderazgo de pedirle al mundo que ayude, que los gobiernos, las instituciones, los organismos humanitarios puedan ayudar; más bien, el Estado ha negado la ayuda internacional", dijo la activista indígena.
Indicó que no entiende cuál es el "falso orgullo" de que el Gobierno diga que puede afrontar la situación, cuando el Estado, aseguró, es incapaz de cubrir las necesidades de las víctimas. "Es una contradicción, y estamos indignados", enfatizó.
En concreto, mencionó la ayuda recabada por la Iglesia Católica en El Salvador, que permanece "frenada" en la frontera por las autoridades de Guatemala, "probablemente porque el presidente no es católico"
Todo esto es "irracional y condenable porque mucha gente necesita apoyo", argumentó Menchú.
Valoró el voluntariado sin precedentes de la ciudadanía guatemalteca en este desastre, particularmente de familias que no pertenecen a ninguna organización
"Es la primera vez que se siente una solidaridad nacional de cualquier ciudadano", resaltó.
El Estado hizo los esfuerzos que pudo, pero son suficientes, especialmente cuando se trata de garantizar la seguridad de las familias y protegerlas de las pandillas de saqueadores, añadió.
Avisó de que será a medio plazo cuando más sufran los damnificados, cuando la solidaridad se vuelque hacia otros casos y lugares y la tragedia desaparezca de los medios. Y todo esto va a incrementar la pobreza en los próximos años, auguró.
Sobre el narcotráfico, advirtió de las consecuencias de que las autoridades de un país sean "empleadas" de las mafias, pues tienen el poder político, económico y social.
Citó al expresidente de Guatemala Otto Pérez Molina, en prisión preventiva, y opinó que esto supone un gran daño al Estado en muchos países de América Latina.
Mientras tanto, agregó, los líderes sociales defensores de los derechos humanos son amenazados o asesinados.
En relación con los emigrantes hacia Estados Unidos, dijo que los gobiernos de los países de origen deben proteger a sus ciudadanos de los abusos a que son sometidos en el viaje o en destino, y animó a renovar la lucha contra el racismo y la xenofobia.
Preguntada por los 20 años del asesinato del obispo Juan Gerardi, indicó que su legado es "inmortal" para esclarecer los casos de violencia y guerra sucia y condenar a los responsables y para que la verdad de las víctimas se haya convertido en "en justicia penal y verdad jurídica".