Por Ernesto Panamá, escritor
El 15 de septiembre fecha en la que se celebran 201 años de independencia, el presidente Nayib Bukele anuncia que será candidato para las elecciones presidenciales del 2024.
Entiéndase que será uno de los candidatos que buscarán el voto de los salvadoreños, por lo tanto, pudiese o no ganar ya que es el voto de los salvadoreños el que desde designa quién los gobernará.
Antecedentes:
La sala de lo constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) el 3 de septiembre 2021, autoriza la reelección presidencial. Por supuesto, el primero en “condenar” el fallo, fue la Casablanca a través de su embajada en El Salvador.
El artículo 152 de la constitución indica que “el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del periodo presidencial”, no podrá ser candidato a presidente.
El vicepresidente Félix Ulloa en este enlace, lo explica.
Coincidentemente el mismo 15 de septiembre del 2022 una de las entidades financieras dependiente del país del norte Fitch Rating decide bajar la calificación de nuestro país a CC, haciendo referencia a la deuda de El Salvador que se acumula desde antes de los años de la guerra.
Esto me recuerda las palabras de un ex vicepresidente del banco de Londres que expresó: que infundir miedo en las personas era necesario para someterlas a las regulaciones bancarias.
La reelección, es permitida en muchos países del mundo y en los “más poderosos”. ¿Pero a los salvadoreños se nos condena por tomar decisiones soberanas?
Por esta razón los salvadoreños debemos tomar consciencia de contra quién nos enfrentamos pues intentarán doblegarnos incluso asesinando a personas, si así lo creen necesario.
El sistema económico que somete y rige en el mundo no está contento con el gobierno que elegimos, debo recordales que se han opuesto a la destitución del fiscal, a la destitución de la CSJ y de jueces corruptos, se molestaron por que se los exgobernantes son perseguidos por robarnos y les molestó la implementación del BTC que beneficia al pueblo y perjudica a la banca nacional, a través de la que ellos envía la “ayuda” y que por décadas han abusado de sus pocos usuarios.
El anuncio de la reelección presidencial lo toman como un desafío más a su injerencia. Esto sin duda los llevará a imponer sanciones en contra de nuestro gobierno para doblegarlo y es en este difícil momento que debemos cerrar filas pueblo y gobierno y no temer a sus medidas coercitivas.
El mundo cambia y si nos presionan hoy podemos decidir el contemplar el buscar apoyo con BRICS otras entidades de desarrollo mundiales y naciones que han decidido no continuar sometidas al represivo sistema dictatorial unipolar.
Debemos tener claro que la independencia lograda tras 200 años no está consolidada, que necesitamos aliados para lograrla y que enfrentaremos guerras mediáticas, sanciones comerciales y quizá se apoye a los terroristas, como se hace en el Líbano, Cuba, Venezuela, Irán, Libia, Rusia y otros países.
La propaganda aumentará, forzándonos a alejarnos de nuestros valores, tradiciones, religión, ética y se tratará de que aceptemos violación nuestros principios morales, el aborto, etc.
El Salvador pequeña nación, es un dañino ejemplo de libertad y soberanía, para el resto de la América latina que desafía al imperio, por lo que someternos se vuelve imperativo.
El sistema opresivo disfrazado de capitalismo es poderoso, domina a Europa y sus ciudadanos sufren, mientras y la dirigencia que endeuda gobiernos y vende armas se enriquece. Por esta razón los posibles aliados están entre la mayoría de estas naciones que no desean ser abusadas por este poder que nos ha sometido, explotado para enriquecer a la minoría que antes nos endeudó y llevó a la guerra.
La unidad de los salvadoreños debe ser granítica o no llevarán al pasado que tanto daño nos causó.
Debemos orar por la vida de nuestro presidente, pues son numerosos los líderes que estos mezquinos intereses han asesinado y mantienen la impunidad.
Pequeños, endeudados, pero soberanos, honrados
trabajadores, cumpliremos nuestros compromisos.