El pasado sábado 50 ciudadanas y ciudadanos de las más diversas trayectorias, actividades y posturas políticas dieron a conocer un manifiesto de nueve puntos que expresan sus coincidencias y anuncian que a partir de ellas van a empezar a realizar acciones que contribuyan, junto con otros esfuerzos, al fortalecimiento de la democracia y la justicia en México.
La democracia, se dice en el texto, requiere de contrapesos y hoy son más necesarios que nunca ante “un proyecto político que se define por una sola voz y una sola visión” y por eso se hace necesario “defender la pluralidad, el diálogo y la reconciliación”.
El país requiere, en el marco de la democracia, de “impulsar cambios profundos contra la corrupción, la impunidad, la pobreza, la desigualdad, la inseguridad y la violencia”. Y también “un proceso de justicia transicional, que busque la paz” y atienda el problema de las víctimas en “un proceso que incluya verdad, justicia, búsqueda y reparación”.
Se reconoce, como lo hacen millones de mexicanos, “la lucha histórica de la sociedad civil organizada” que el actual presidente de la República minimiza y descalifica y se expresa el rechazo categórico a “cualquier retroceso en materia de libertades y respeto a los derechos humanos”.
Quienes firman dicen que “solo conciben el desarrollo, la justicia y la solución de los problemas sociales dentro del respeto irrestricto al Estado de Derecho” y se pronuncian por un “debate abierto, plural, diverso, informado, sin prejuicio y sin pretensiones de superioridad moral, en los medios de comunicación y en las plataformas digitales”.
Se comprometen a luchar “por la defensa de la división de poderes, el respeto al federalismo y la plena autonomía de órganos constitucionales autónomos, como mecanismos necesarios y conquistas ciudadanas a favor de la democracia”.
Los que firman reivindican su “derecho a dialogar entre diferentes y compartimos con amplia transparencia el sentido de nuestras deliberaciones y acciones”. Y dicen estar preocupados “que frente al mínimo disenso con el actual régimen sobrevenga una escalada de descalificaciones, linchamientos y persecuciones”.
El texto termina diciendo que “desde ahora expresamos que trabajaremos para convocar a otros y otras a participar y deliberar críticamente en una discusión nacional sobre el rumbo de nuestra democracia, del Estado y del país mismo”.
Entre los que firman del manifiesto “Por un país plural” están académicos como Raúl Trejo Delarbre y Macario Schettino; dirigentes de la sociedad civil como Rogelio Gómez Hermosillo y Emilio ílvarez Icaza; empresarios como José Luis Barraza y jóvenes políticos como Agustín Basave Alanis y Luis Donaldo Colosio Riojas.