viernes, 10 enero 2025
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¿Por qué Bukele? Una reflexión de fin de año

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"Termina al año 2024, durante el cual El Salvador -de nuevo- ha sido noticia mundial. Esta vez con más opiniones favorables que el año anterior": Félix Ulloa.

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Por Félix Ulloa hijo.

Termina al año 2024, durante el cual El Salvador -como en el año anterior- ha sido noticia mundial. Esta vez con opiniones aún más favorables que el año 2023, cuando las campañas orquestadas por los nostálgicos del antiguo régimen,  todavía seguían cargando sus baterías a través de medios informativos, periodistas y agencias de prensa facciosas, quienes al igual que algunas  ONGs, jugando el papel de la oposición que los políticos del FMLN y ARENA, maginados, ignorados y derrotados en nuestro país, no se atreven hacer.

La evolución en la narrativa sobre el fenómeno Bukele, es ahora más seria y con honestos deseos de comprender este fenómeno político, según me dice Dong Nguyen Huu, quien participó en la Conferencia Internacional sobre Estado y Democracia CIED, desarrollada el 26 y 27 de Noviembre recién pasado en nuestro país y ha estado recibiendo retroalimentación de sus colegas de Naciones Unidas.

Pienso que no podía ser de otra manera, pues los inobjetables logros del gobierno en educación, salud, desarrollo de infraestructura, energías renovables, el crecimiento exponencial en la industria del turismo, con eventos de nivel regional e internacional, son el indudable resultado del exitoso Plan Control Territorial y del Régimen de Excepción, implementado en el marco de la Guerra contra las Pandillas. Sin duda, el haber devuelto la libertad, la paz, la armonía y la tranquilidad a las comunidades a nivel nacional, y haber capturado más de 82 mil miembros y colaboradores de las estructuras criminales, ha sido la condición sine qua non, para el renacer de El Salvador y la inspiración para muchos pueblos de nuestro continente, que reclaman a sus gobernantes resultados similares. Esto tiene una sola y única explicación: la ratificación  de Bukele con mas del 85% de la votación para conducir el país en un segundo mandato.

De ahí que “el modelo Bukele” sea una demanda que crece por doquier, y aunque lo hemos dicho con claridad, El Salvador está construyendo su propio camino, bajo condiciones diferentes a otros países hermanos, en el imaginario colectivo de esas naciones, esta experiencia exitosa podría y debería repetirse. Nuestras políticas públicas, las ideas fuerza, las grandes decisiones que orientan el quehacer gubernamental no son producto de recomendaciones, estudios, asesorías u otro tipo de asistencia de ningún país u organismo internacional, son elaboración del talento nacional y del talante de estadista de nuestro presidente Nayib Bukele.

Sin embargo, siempre agradecemos la desinteresada e incondicional ayuda que recibimos de países amigos y organismos aliados, toda vez que se nos brinde –sin imposiciones- dentro del respeto a nuestra soberanía y autodeterminación.

Reflexionando en las postrimerías del año, si algo me deja claro el momento histórico actual y vuelve único este proceso es lo siguiente:

1. Los que hicieron la guerra y negociaron su fin, sin vencedores ni vencidos, no leyeron el ensayo de Norberto Bobbio  “Izquierda y Derecha” en el cual afirma que la guerra que termina sin vencidos ni vencedores, es una guerra que no cumplió su cometido. Ergo, la guerra que dejaron inconclusa se desarrolló de otra forma.

Se gestó, creció y fue mutando de manera silenciosa, cruel y sanguinaria, sin anunciar propósitos políticos ni fines ideológicos, sin manifiestos a la nación como lo hacíamos nosotros en los años 70s, cuando al inicio de la lucha armada contra la dictadura militar, anunciábamos los propósitos y objetivos de nuestras acciones armadas,  condicionados sin ninguna duda por los límites y alcances de la Guerra Fría, en las cuales a la vez que teníamos el reconocimiento y apoyo popular, también se nos tildó como subversivos por las clases dominantes y la izquierda vinculada al PCUS nos trató de deslegitimar. Es esas trágicas páginas de nuestra historia, recordamos aquel comunicado del recién fundado Ejercito Revolucionario del Pueblo ERP en 1972, cuando se recuperaron los fusiles de los agentes de la Guardia Nacional en el antiguo Hospital Bloom: La paz de los ricos ha terminado, la guerra de los pobres ha comenzado.

Esta nueva guerra fue una ofensiva silenciosa, sistemática y brutal en contra de la población honrada y trabajadora, que no afectaba a las elites políticas ni económicas, que golpeaba principalmente  al pueblo humilde, las victimas vivían inicialmente en los barrios de bajos ingresos, luego en empobrecidas zonas rurales, por lo tanto las elites intelectuales tampoco se preocuparon en caracterizarla, ni alzar sus voces cuando se extorsionaba, se secuestraba, se violaba y se asesinaba a miles y miles de humildes salvadoreños; junto al silencio cómplice de los organismos de Derechos Humanos nacionales y extranjeros.

¿Dónde estaban CRISTOSAL, Amnesty International o Human Rights Watch en esos terribles días? 

Esa agresión en contra del pueblo se gestó durante los gobiernos de los dos bandos que se enfrentaron en la guerra civil; y que le pusieron fin, negociando términos y condiciones que sólo favorecía a sus respectivos bandos. Al pueblo se le dio la espalda durante la post guerra, mientras se repartían el botín del estado, se concentraba más y más la riqueza mediante la privatización de las rentables empresas públicas, y se le dejó a merced de “las maras”, con saldos de víctimas que superaron las de la guerra civil; hasta que este gobierno liderado por Nayib Bukele, un 28 de marzo de 2022, les declaró abierta y públicamente la guerra, en base al jus ad bellum; es decir, el derecho (y la obligación) que tienen los estados de salir en defensa de su población y su territorio cuando es atacada e invadido; tal como sucedía durante décadas con las acciones criminales de las pandillas. Mas de 41 mil salvadoreños asesinados entre 2009 y 2019  y casi todo el territorio nacional infectado por las bandas criminales, donde ejercían el control de la vida cotidiana de las comunidades.

2. Era imperativo que quienes habían dirigido la guerra, una vez firmada la paz, se retiraran del escenario político y permitieran a otros sectores no contaminados con ese pasado cargado de odios y violencia, administrar la post guerra y reconstruir el país. Pero no sucedió así, durante esas 3 décadas que ambos grupos gobernaron, identificados por sus franquicias políticas  ARENA (20 años) y FMN (10 años), además de perdonarse sus delitos contra la población civil, mediante acuerdos entre sus cúpulas, amnistías y jugosas indemnizaciones para su jefes, se coludieron para saquear el gobierno y permitieron el fortalecimiento de las estructuras criminales (maras) con las que luego compartieron territorios, cediéndoles soberanía y brindándoles cobijo desde el propio Estado. Abundan las pruebas periodísticas y en procesos judiciales, que muestran a altos funcionarios y dirigentes de ARENA y el FMLN negociado con la pandillas favores electorales a cambio de jugosas sumas de dinero y promesas de permisivas políticas de tolerancia, en su actuar y condiciones de confort en los centros penales desde donde operaban algunos de sus cabecillas.

3. Dentro de ese decurso histórico surge el fenómeno Bukele; no por generación espontánea, ni como un rayo que cae de un cielo sereno. Es el resultado del cansancio del pueblo ante ese sistema corrupto y criminal construido por el pacto ARENA/FMLN e implementado desde la firma de los acuerdos de paz de 1992. Fue en efecto, una acumulación del descontento popular que perdió toda esperanza de cambio cuando gobernó el FMLN.

Y para ser justo con los miles de compañeros que lucharon bajo esa bandera, que murieron creyendo que ofrendaban su vida por una sociedad más justa democrática y solidaria hay que recordar, que no fueron las 5 organizaciones que lucharon baja esas 4 letras las que estuvieron en esos dos gobiernos plagados de corrupción, mediocridad y complicidad con las maras. Con honrosas excepciones, fueron dirigentes del Partido Comunista y de las Fuerzas Populares de liberación FPL, asociados con algunos líderes socialcristianos, los que junto a Mauricio Funes y Salvador Sánchez Ceren, cargan esa responsabilidad histórica; por otro lado, quienes alzamos las banderas de la socialdemocracia junto a la Resistencia Nacional RN y al Ejército Revolucionario del Pueblo ERP, no tuvimos nada que ver con esos dos gobiernos del FMLN, salvo también algunas deshonrosas excepciones.

4. Esa frustración popular coincide con el agotamiento del bipartidismo. Un perverso modelo de suma cero, con el que jugaban ambos partidos y que el pueblo se encargó de resolver como se resuelven las grandes tareas de la democracia, mediante las elecciones y la expresión del soberano con sus votos. Así el 3 de febrero de 2019 se puso fin a tres décadas de bipartidismo y el triunfo de Nayib Bukele le dio rostro a una nueva etapa histórica.

Pero como dice Gramsci, en momentos claroscuros de la historia, cuando lo viejo se niega a morir y lo nuevo no termina de nacer, es cuando aparecen los monstruos. Nuestros monstruos eran las viejas instituciones del estatus quo. Una Asamblea Legislativa, dominada por el agónico bipartidismo y que en sus estertores finales golpeaba, bloqueaba, atacaba todas las iniciativas del Ejecutivo y una Sala de lo Constitucional que, nombrada por esa Asamblea Legislativa, declaraba inconstitucional las medidas del Gobierno en los peores momentos del COVID 19, sin importar que éstas fuera con el fin de salvar las vidas de la población.

Por eso, el pueblo soberano, de nuevo en ejercicio de su soberanía y usando los mecanismos de la democracia, en elecciones libres y justas, el 28 de febrero de 2021 otorgó al presidente Bukele una super mayoría legislativa, suficiente para tomar decisiones sin tener que negociar con ninguna fuerza política. Es decir, le dio el mandato y el poder institucional necesario, para que llevara a cabo las grandes transformaciones que hoy estamos viviendo. Y que el pueblo sigue validando con su permanente y constante nivel de aprobación arriba del 90 %.

5. Hay que subrayar que todo lo antes expuesto se resume en una sabia y democrática decisión del pueblo salvadoreño, quien comprendió que esta vez la solución no sería más de lo mismo, como se le había engañado en los últimos 6 gobiernos de la post guerra; y que, quienes usufructuaban el estatus quo no harían uso del acostumbrado gatopardismo, con cambios para no cambiar. En esta ocasión se trataba de un liderazgo nuevo, encabezado por un líder y una generación sin ataduras, sin deudas, ni compromisos con el ancien regimen. Ese líder se llama Nayib Bukele un millenial a quien Roy Campos llamó el primer presidente nativo digital, un hombre de ideas y no de ideologías. Al que acompañamos otros provenientes de anteriores generaciones (baby boomers), con el denominador común que aunque fuimos parte de la guerra civil, nos educamos , convivimos y mantenemos ideologías, algunas de ellas  a las que muy temprano Francis Fukuyama las declaró fenecidas en su libro “El Fin de la Historia y el Ultimo Hombre”; nosotros  no hemos tenido nada que ver con el saqueo del Estado, ni con políticas fracasada en el combate a las maras, ni con cualquier otra responsabilidad de esa izquierda  que decepcionó a nuestro pueblo.

6. Finalmente, hoy que estamos iniciando el segundo mandato del presidente Bukele, habilitado por el art. 152 No,1 de la Constitución y legitimado por el 85 % del voto popular, del cual el 98% a su favor, se obtuvo de los más de 330,000 salvadoreños que votaron desde el exterior, nuestro país se abre al mundo para mostrar sus logros y su desafíos. No mas narrativas sesgadas, ni desinformación interesada. Eventos deportivos, certámenes y conciertos internacionales dan fe de este nuevo El Salvador. Cumbres ministeriales de organismos multilaterales, conferencias internacionales, con la más variopinta conformación ideológica, se dan cita en nuestro país. Sin hablar de los millones de turistas que nos visitan y siguen visitando sin mayor agenda que disfrutar de nuestro bello país que hoy gracias a su seguridad plena, les garantiza su estadía.

7. El clima propicio par la inversión directa extranjera, generado por la seguridad física y jurídica, la calificación del riesgo país, las ventanas de oportunidades con una arquitectura legal amigable, junto a las grandes obras de infraestructura y el incremento de la inversión pública, están generando las condiciones para lo que el presidente Bukele anunciara en su discurso el 1 de Junio de 2024, el milagro económico, que será el sello del gobierno en este segundo mandato.

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Félix Ulloa (hijo)
Félix Ulloa (hijo)
Abogado, experto en temas electorales; escritor y actualmente Vicepresidente de El Salvador

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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