Analistas afirmaron este miércoles que las pandillas son estructuras activas en la política y economía del país, influyen en decisiones de altos mandos y se financian de extorsiones, principalmente.
En el país, las principales pandillas son la Mara Salvatrucha y el Barrio 18, de las cuales se desprenden clicas en diferentes zonas que dominan. Según cifras oficiales, en El Salvador existen más de 30 mil pandilleros en libertad, unos 13 mil más se encuentran recluidos en penales.
Las maras y la política
No es nuevo mencionar que pandillas han sostenido conversaciones con políticos de los principales partidos del país. ARENA Y el FMLN han aceptado anteriormente que sostuvieron “reuniones” con líderes de pandillas, las cuales tuvieron lugar en tiempos electorales.
El analista político, Marlon Hernández, afirma que, la tregua entre pandillas (2012-2013) no fue la punta de lanza para que las maras se posicionaran políticamente, o se convirtieran en grupos de presión, porque las negociaciones se iniciaron antes de ese proceso.
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“La violencia ejercida por las maras durante más de veinte años han transformado la realidad nacional y las ha transformado (a las maras) como actores con capacidad de influir en decisiones políticas, directa o indirectamente, siendo, al mismo tiempo, productores de violencia”, explicó el analista.
Hernández asegura que las pandillas tienen tanto poder, que los actores formales del sistema político han entablado relaciones clandestinas en contienda electoral, ya sea para ingresar a territorios, reducir homicidios o ejecutar programas en comunidades.
El financiamiento de las maras
La extorsión parece ser la fuente principal de ingresos de las pandillas, según investigaciones del economista, José Salguero, quien asegura que el delito es una especie de palanca que potencia sus operaciones y define su nivel de modernización como estructura criminal.
Estadísticas de la Fiscalía General de la República (FGR) revelan que en el 2011 se registraron 3.805 casos iniciados de extorsiones; en 2012 se reportaron 3.417; en 2013 se contabilizaron 3.217 y en 2014 se iniciaron 2.867.
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Entre los lugares más afectados por el delito, encabeza la lista la zona central con un 33.3%, en segundo lugar la zona Paracentral con un 30% y en último lugar la zona oriental con un porcentaje de 21.2. Según investigaciones, en el país se pagan al año $120 millones solo en concepto de extorsión.
Según el investigador, las maras reciben ingresos por “renta”, robos y hurtos, venta de drogas y armas, sicariato, secuestros, negocios ilícitos, entre otros. Entre los gastos que realizan están: compra de teléfonos, saldo para llamadas, armamento, vehículos, adquisición de drogas, y otros.
Según datos oficiales, El Salvador alberga a más de 30 mil pandilleros, una de las regiones centroamericanas más asediadas por estas estructuras que cometen delitos como homicidios y extorsiones, y donde se debate su influencia en la política.
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