Diferentes organizaciones sociales se reunieron para hablar sobre la importancia de apostar por políticas de protección, prevención y mitigación de desastres provocados por el cambio climático. La necesidad, insisten, es clara después de las recientes tormentas y huracanes que han afectado el sur de Estados Unidos, países del Caribe, e incluso El Salvador, donde cuatro personas murieron por deslaves en la comunidad el Charcón, municipio de la Libertad.
El coordinador de la Mesa Permanente para la Gestión (MPGR), Gil Pintín, manifiesta que en los últimos años los desastres en el mundo han causado un gran daño a la población civil y que las medidas de emergencia actuales tienen deficiencias para rescatar vidas, por lo que se debe abordar la gestión de riesgos en simulacros de evacuación, búsqueda y rescate pero sobre todo la prevención ante cualquier desastre climático.
“Hay falta de interés político. Tiene que haber un presupuesto para salvar vidas. El Estado y la Asamblea debe cumplir con un presupuesto digno para una situación de emergencia. Hemos visto un simulacro que se dio, ¿pero en realidad estamos preparados para asumir una verdadera situación catastrófica?”, expresó Pintín.
Además, miembros de la Coalición Nacional para la Dignidad de las Personas Mayores en El Salvador aseguraron que ante sucesos como huracanes y terremotos, solo el 20% de las personas con discapacidad podrían evacuar de forma inmediata y resto no podría hacerlo.
Mhaydeé Recinos, quien pertenece a la MPGR, dice que debe existir un plan de emergencia donde se pueda salvaguardar a las mujeres, ancianos y personas con discapacidad.
“Los planes de emergencia en el país son estandarizados, pero no se visibiliza que las mujeres son mayormente afectadas ya que ellas velan por los niños y adultos mayores y si le sumamos la edad, una discapacidad, no es sorprendente que el 53% de afectadas sean las mujeres. No se visibiliza ni en la política ni en los planes de protección”, recalcó Mhaydeé Recinos.
Al final, las organizaciones sociales manifestaron que El Salvador no está preparado para poder enfrentarse ante una catástrofe ambiental, ya que hace falta una plan de prevención, mitigación de desastres inclusivo que reduzca lo menos posible los sectores afectados ante lluvias consecutivas, huracanes y otros cambios en el clima.