El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU urgió al Paraguay a tomar “medidas especiales o de acción afirmativa orientadas a eliminar la discriminación estructural contra los pueblos indígenas” y afrodescenientes, sumidos en la “invisibilidad”, reclama un documento publicado por Naciones Unidas en Ginebra
Especialmente a la ONU le “preocupa” que “la consulta previa” de esas dos minorías, “no es realizada de forma sistemática”¦ con miras a obtener el consentimiento libre, previo e informado”, para “la toma de decisiones que pudieran afectarles”, particularmente el “otorgamiento de licencias ambientales para actividades agrícolas, ganaderas, madereras y de prospección de petroleo”.
La ONU pide al Paraguay que revele a indígenas y afrodescendientes “de buena fe, en un tiempo oportuno y razonable, … información suficiente y apropiada …, en la que, además, se respeten las tradiciones y características culturales de cada pueblo”, adoptando “todas las medidas legislativas o administrativas que (los) puedan afectar”, sobre “proyectos de desarrollo y explotación de recursos”.
Los 18 expertos que componen este Comité, originarios de los países que han ratificado la Convención de la ONU en la materia, que los eligen por el voto secreto y según una representación proporcional de las regiones del planeta, se inquietan también “que un número significativo de indígenas carezca de tierras o aún no han obtenido un título legal de posesión”.
A tal efecto solicita al Paraguay “establecer un mecanismo adecuado y eficaz que permita la reclamación y restitución de tierras y territorios ancestrales”, para garantizar a los indígenas “poseer, utilizar, desarrollar con plena seguridad sus tierras, territorios y recursos, incluso mediante el reconocimiento legal y la protección jurídica necesarias de conformidad con los estándares internacionales”.
Sobre el particular, la ONU agrega que Paraguay debería poner en marcha “sistemas de alerta temprana y acción urgente, para evitar que miembros de los pueblos indígenas sean víctimas de invasiones por parte de terceros en sus tierras, territorios y recursos y para garantizar su protección frente a desalojos forzosos de tierras y territorios”.
La ONU añade en sus recomendaciones “el impacto negativo que tienen algunas actividades de explotación”, como “el extenso cultivo de soja y la tala de árboles en las condiciones de vida de los pueblos indígenas”, ante lo cual aguarda que el Paraguay tome “medidas” para proteger “las condiciones de vida” de esas poblaciones autóctonas.
Para peor, la ONU constata que en Paraguay se suceden “actos de represalias, intimidación, amenazas, e incluso actos arbitrarios por parte de las autoridades públicas, en contra de los defensores de los derechos humanos”, entre los que figuran “líderes indígenas y defensores de los derechos de los pueblos indígenas”.
Ante ello, aguardan que Paraguay “investigue” esos actos, “y castigue debidamente a los responsables”, y que realice “campañas de información y sensibilización sobre el trabajo fundamental que realizan” esos “defensores de los derechos humanos “¦ de los pueblos indígenas”, y así “propiciar un ambiente de tolerancia que les permita llevar a cabo su labor libres de todo tipo de intimidación, amenazas y represalias”.
Las condiciones de trabajo de indígenas “en haciendas agrícolas y ganaderas del Chaco paraguayo” preocupan asimismo a la ONU, al propio tiempo que la insuficiente satisfacción de los derechos al agua y la alimentación, “de población indígena y afroparaguaya”, que se suman a carencias de un debido acceso a la salud, la educación y la justicia.
Juan Gasparini.