Al cabo de un interesante debate, marcado por las tentativas de Rusia y China de restringir la promoción, protección y disfrute de los derechos humanos en Internet, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución prácticamente por consenso que reafirma las libertades de opinión y de expresión en Internet, para que sea “un motor enérgico del desarrollo económico, social y cultural”, que logre “cerrar las múltiples formas de la brecha digital”.
¿Cómo hacer para generar confianza en Internet, bajo la amenaza de su utilización por parte del terrorismo, la pedofilia, y el crimen organizado? El Consejo propuso que “los Estados aborden las preocupaciones relativas a la seguridad de conformidad con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, en particular en lo que se refiere a la libertad de expresión, la libertad de asociación y la privacidad”.
La reflexión mayoritaria en el debate se centró en resaltar que Internet resulta un “facilitador del desarrollo y la innovación”, debido al avasallador avance tecnológico. Fue una constatación generalizada que las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones constituyen un desafío. Se dijo que respetar los derechos humanos en su utilización, se verifica en proteger la privacidad. Se observó que la libertad de expresión se constata en que “nadie debe ser molestado por sus opiniones, sin injerencias a la libertad de reunión y de asociación pacíficas”.
Resulto evidente para el Consejo que el acceso a la información en Internet “ofrece grandes oportunidades para una educación asequible e inclusiva a nivel mundial”, que debe permitir a los países menos avanzados, “abordar la alfabetización digital y la brecha digital, que afectan al disfrute del derecho al educación”, especialmente las mujeres y niñas, cuya participación en Internet debe reforzarse, al igual que para las personas con discapacidad.
El Consejo además propuso que “los derechos de las personas también deber estar protegidos en Internet, “sin consideración de fronteras y por cualquier procedimiento que se elija”, sosteniendo “la naturaleza mundial y abierta de Internet como fuerza impulsora de la aceleración de los progresos hacia el desarrollo en sus distintas formas”, lo cual debe impulsar “el desarrollo de los medios de comunicación y los servicios y tecnologías de la información y las comunicaciones en todos los países”.
El Consejo no olvidó condenar las “torturas, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias, así como la expulsión, intimidación y hostigamiento y la violencia de género cometidas contra las personas por ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales en Internet”, alentando a “todos los Estados a que garanticen la rendición de cuentas” al respecto.
La condena del Consejo alcanzó a las “medidas cuyo objetivo deliberado es impedir u obstaculizar el acceso o la divulgación de información en línea, vulnerando el derecho internacional de los derechos humanos”, haciendo un llamado a los Estados “a que se abstengan de adoptar estas medidas, o cesen de aplicarlas”
El Consejo destacó a su vez la importancia de luchar contra “la apología del odio, que constituye una incitación a la discriminación y la violencia en Internet, entre otras cosas fomentando la tolerancia y el diálogo”. Exhortó a los Estados a que así lo hagan, considerando “la posibilidad de formular, mediante procesos transparentes e inclusivos con la participación de todos los interesados, y adoptar políticas públicas nacionales relativas a Internet que tengan como objetivo básico el acceso y disfrute universal de los derechos humanos”.