Primero lo primero, soy estudiante de la Universidad de El Salvador, yo no fui a la marcha en contra de la privatización del agua, pero ¿a quién le regalan el agua aquí en el país? Es algo incoherente que veamos el agua como un derecho que tenemos que pagar. Pero ¿qué pasaría si no pagáramos el agua? En la clase de sociología el catedrático comentaba que hay empresas que tienen sus fuentes de agua y poco a poco las han agotado, es decir que, si el agua fuera gratuita las empresas la acapararían más que en la actualidad.
La comisión que sea responsable de la administración del agua debería estar representada por salvadoreños que están conscientes de lo que vive un salvadoreño. Me parece curioso que Nayib Bukele retuiteara a jóvenes de la Universidad de El Salvador, pero que no saliera a protestar con el pueblo, pero es más curioso que dos diputados de la Asamblea Legislativa fueran escoltados por diez policías en un hotel capitalino. Es algo bastante tonto de parte de los dos sujetos.
Creo que hay una conducta definida históricamente por la Universidad de El Salvador, hablando con mi abuelo, hemos regresado a la década de 1980 y esto, a su vez, es una copia histórica de 1932. Como país no hemos evolucionado mucho, estamos en contra de la asamblea, pero no pensamos en la posibilidad de regresar a un Maximiliano Hernández Martínez que declare la guerra a potencias que no perdonarán la vida de la nación que ha retado.
Tenemos problemas como país y sería bueno que por una semana los diputados vivieran en Apopa, Soyapango, San Martín o cualquier municipio que no tenga agua. La Constitución de la República establece en el artículo dos que “toda persona tiene derecho a la vida [“¦] y a ser protegida en la conservación y defensa de los mismos”. Algo que es tonto desde la perspectiva de la protesta es que lanzaran agua a diputados del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, era para evitar el desperdicio de agua y la lanzaron a los diputados.
Finalmente, “toda persona es libre en la República [“¦] Toda persona puede expresar y difundir libremente sus pensamientos siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor, ni la vida privada de los demás [“¦] los que haciendo uso de él infrinjan las leyes, responderán por el delito que cometan [“¦] Se reconoce el derecho de respuesta como una protección a los derechos y garantías fundamentales de la persona”. Los agentes de la Policía Nacional Civil consideran junto a la Unidad de Mantenimiento del Orden lo correcto ante la situación ocurrida.