Por Dra. Margarita Mendoza Burgos.
Cuando se habla de alcoholismo, normalmente el estereotipo es un hombre dominado por el alcohol, violento, descontrolado e ingobernable. Sin embargo, esta patología existe también en las mujeres. Si bien el porcentaje de las mujeres que caen atrapadas en las garras del licor es menor, las consecuencias pueden ser más graves que en el caso de los hombres.
Los estudios indican que las mujeres suelen experimentar problemas relacionados con el alcohol a edades más tempranas y con un consumo de alcohol más reducido que los hombres, y esto se debe a diversas razones.
En promedio, las mujeres tienen un peso corporal menor que los hombres. Asimismo, dado que el alcohol se distribuye principalmente en el agua del cuerpo, es importante destacar que las mujeres poseen menos cantidad de agua en sus organismos en comparación con los hombres. Ni hablar, por ejemplo, en el caso de mujeres embarazadas.
La presión social y las expectativas de género pueden llevar a un aumento del consumo de alcohol como mecanismo de afrontamiento. Además, factores psicológicos, como el estrés, la depresión y la ansiedad, pueden contribuir al inicio y la perpetuación del alcoholismo en las mujeres.
El alcoholismo en mujeres puede tener graves repercusiones en la salud física y mental. Aumenta el riesgo de enfermedades del hígado, trastornos cardiovasculares, y problemas neurológicos. Además, puede llevar a la disfunción familiar, la violencia doméstica y dificultades económicas.
Además, los estudios demuestran que las mujeres que consumen aproximadamente una bebida por día tienen de un 5% a un 9% más de probabilidad de desarrollar cáncer de seno que las mujeres que no beben en absoluto. Ese riesgo aumenta por cada bebida adicional que consumen diariamente.
El alcoholismo puede ser hereditario y si además los progenitores lo practican, lo más posible es que los hijos lo sean, ya que verán ese ejemplo constantemente, y aun odiando esa situación, estarán propensos a desarrollarlo. El crecimiento en un hogar donde el alcoholismo es común puede exponer a un joven a un mayor riesgo de desarrollar problemas con el alcohol debido a la influencia social y el acceso al alcohol.
Se trata de una lucha constante. No tiene fin. Jamás se cura, simplemente se controla. No se puede eliminar la susceptibilidad de una persona al alcohol por completo. Sin embargo, se puede manejar de manera efectiva y, en muchos casos, las personas pueden lograr una recuperación sostenible.
La mayoría de las personas con problemas de alcoholismo pueden superar su adicción y llevar una vida sobria y saludable con el apoyo adecuado y un enfoque de autorregulación. A veces la solución es una terapia grupal como Alcohólicos Anónimos, pero en algunos casos no se acude tanto a ellas, ya que la visibilidad es mucha y la vergüenza de vernos fácilmente identificados nos hace desistir.
Si bien no hay una fórmula perfecta, es importante realizar cambios significativos en el estilo de vida, como evitar situaciones y personas que desencadenan el deseo de beber, aprender a lidiar con el estrés y desarrollar hábitos saludables. También es clave el apoyo y la participación de los seres queridos en el proceso de recuperación, por lo que la armonía familiar juega un rol fundamental.