Un sistema económico es la forma de producir, consumir y distribuir bienes y servicios. En el mundo actual existen dos sistemas económicos: capitalista y socialista. En el sistema capitalista esas funciones son realizadas por capitalistas, empresarios privados o dueños de los medios de producción (tierra, capital y tecnología). En el sistema socialista esas funciones son realizadas por el Estado (se dice que en representación de los trabajadores), las comunidades, las cooperativas, otras formas asociativas o los trabajadores directamente.
El sistema capitalista ha tenido varias formas o modelos de funcionamiento: Mercantilismo, Liberalismo, Keynesianismo, Economía Social de Mercado y Neoliberalismo.
Durante la época de la colonia y la independencia, principalmente en el siglo XVIII y parte del XIX, las economías americanas funcionaron bajo el modelo mercantilista en donde el Estado definía lo que deberían producir los capitalistas para que las ventas de mercaderías a otros países superara las compras a los mismos, para evitar la salida de metales preciosos como el oro y la plata.
En El Salvador se aplicó el modelo liberal en la segunda mitad del siglo XIX y parte del XX, el Estado apoyaba a los capitalistas para que fueran ellos los que decidieran lo que debería producirse mediante el libre juego de la oferta y la demanda. A partir de la década de los treinta del siglo pasado se comenzó a utilizar el modelo Keynesiano, el Estado intervenía en la economía apoyando a los capitalistas para mantener un cierto nivel de competencia en los mercados, lograr la estabilidad económica y el pleno empleo, así como estableciendo empresas necesarias para el desarrollo económico del país, así como protegiendo a los consumidores, utilizando principalmente la política fiscal y monetaria. En la década de los noventa se comenzó a utilizar el modelo neoliberal hasta nuestros días, el Estado privatizó las empresas públicas, debilitó su papel en la conducción de la economía, liberalizó el comercio exterior, flexibilizó el mercado laboral, promovió la inversión privada nacional y extranjera, así también aumentó significativamente la deuda pública.
El modelo de Economía Social de Mercado se fundamenta en el principio que los mercados son los mejores canalizadores de los recursos en la economía, pero el Estado debe corregir y proveer las condiciones institucionales, éticas y sociales para que operen en forma eficiente y equitativa, así como prever, compensar y corregir los problemas que generan los mercados. Su interés principal es asegurar la dignidad y los derechos de las personas; combinar las necesidades de libertad económica y de justicia social para mejorar el bienestar común, el intercambio de mercancías, así como la redistribución de la riqueza y el ingreso. Para aumentar el bienestar hay que generar más riqueza, pero asegurar que esa riqueza no quede en manos de unos pocos y sirva principalmente para el bien común; su objetivo es la protección de los individuos en su condición de capitalistas, trabajadores y consumidores, así como de los mercados y el medio ambiente. Es un capitalismo con cierto control estatal para que exista la seguridad social, la redistribución de los ingresos y el fortalecimiento de la competencia en los mercados. El Estado corrige los daños sociales provocados por las empresas capitalistas; los mercados están para servir a la sociedad y esta se encuentra representada por el Estado; existe una política social que complementa a la política económica. Trata de combinar los aspectos positivos del liberalismo económico y las orientaciones del cristianismo; los valores éticos en los cuales se fundamenta se centran en principios que guardan relación con la dignidad humana, el bien común, la solidaridad y la subsidiaridad, a fin de lograr un sistema económico al servicio del hombre. Se diferencia del liberalismo y neoliberalismo porque defiende la intervención del Estado en la economía como mecanismo para introducir medidas anti monopólicas y de igualación de oportunidades, en un contexto de fortalecimiento del sector privado e incentivos a la competencia. La experiencia más exitosa de utilización de la Economía Social de Mercado fue durante la recuperación económica de Alemania, después de la segunda guerra mundial; actualmente es utilizado en varios países del norte de Europa y sirve de fundamento para la política económica de la Unión Europea; en América Latina ha sido utilizado por Costa Rica desde la década de los cincuenta y en forma parcial en Venezuela y México en la década de los setenta; recientemente se aplicó en Chile.
En El Salvador, la Economía Social de Mercado ha sido mencionada en los últimos cincuenta y cinco años, por los distintos gobiernos, porque nuestra Constitución Política protege la “propiedad privada en función social”, pero esto casi nunca se ha llevado a la práctica; la política económica no ha estado orientada por este modelo económico, no obstante su capacidad de orientar al país por una vía de crecimiento y desarrollo.