Por Alessia Genoves
Mareros de El Salvador trafican drogas de forman ilegal, sobre la frontera El Goascorán, en Honduras. La premisa ha sido divulgada por el diario El Herlado de Honduras, que detalla que el trasiego de los productos ilícitos se lleva a cabo con amenazas de muerte. El reporte divulgado por la prensa y pobladores aledaños no es distinto de los informes concurrentes que divulga la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador, en la contención de maras y pandillas, que se enumeran entre los 70,000 detenidos con cargos comprobados, durante el Régimen de Excepción de Garantías Constitucionales.
Honduras también ha establecido un Régimen de Excepción. La denominación legal de la política de seguridad es diferente a la de El Salvador, siendo identificado en el artículo 187 de la Constitución de Honduras como el “Estado Excepcional Parcial”, con el atenuante de que el duración del mismo puede prorrogarse al término de los 45 días transcurridos, y no como los 30 que prescribe la Constitución de El Salvador (art. 24). El resultado de la política ha definido una contracción del 55.43% de los homicidios en Honduras, si se comparan los 1,636 reportados a septiembre de 20223, respecto de los 3,664 identificados por el Observatorio Nacional de la Violencia en la misma fecha del año 2022.
Xiomara Castro de Zelaya, presidenta de la República de Honduras, ha expresado sus afinidades directas por los resultados divulgados, de forma oficial, desde el Gobierno de El Salvador en la contención de la violencia. El contexto de ello responde a la vigencia e implementación del Régimen de Excepción, que ha conseguido, de acuerdo con la PNC, una contracción del 75.7% en los homicidios intencionados a la fecha, hecho que puede constatarse en el reporte de los 102 homicidios intencionados frente a los 421 reportados durante el mismo período del año 2022. Y aunque los resultados son concretos, las ambivalencias persisten; y las operaciones del crimen organizado siguen siendo reportadas por la prensa, en zonas desprovistas de elementos de seguridad.
Maras en Valle Goascorán
“Goascorán, Valle, es uno de los municipios más seguros de Honduras, pero casi nadie sabe que cierta parte de su población está siendo obligada por las maras de El Salvador a trasegar drogas a ese país“, indicó El Heraldo, en su reportaje. Y, de hecho, la zona es identificada por el Departamento de Seguridad de Honduras como una de las más pacíficas del territorio nacional. Ella se ubica, de hecho, en el departamento de Comayagua, donde los registros de homicidios apenas llegan a reportar 55 hechos de sangre, cifra que contrasta con los 246 reportados en la misma fecha en el Distrito Central de San Pedro Sula.
“Drogas, ganado y hasta lácteos” son las mercancías que transitan de forma irregular en una zona identificada como un “punto ciego”, froterizo entre El Salvador y Honduras. Uno de los testigos, citado por El Heraldo expresa su preocupación ante la coacción de las pandillas, y las amenazas de muerte: “Yo fui una mañana a traer agua al río, dos tipos se me acercaron y me comenzaron a detallar quién era yo y mi familia. Después me explicaron qué es lo que tenía que hacer para no matarme ni a mi familia”. Otro de los testimonios refleja la impotencia, sobre los hechos: “No hay manera de escaparse, ellos conocen todo aquí. Nos mandan a Nacaome y a Alianza (Valle) a traer las encomiendas (drogas) y pasarlas por el río Goascorán hasta El Salvador”.
Desde la perspectiva criminológica, las víctimas podrían definirse como cómplices. Su situación se agudiza, pues la percepción de los habitantes es que la zona del Goascorán está casi desprovista de elementos de seguridad. Bajo las reformas al Código Procesal Penal de El Salvador, por otra parte, la carga penal, conforme a su participación confirmada sobre los hechos, la sanción carcelaria que se impone es de hasta 20 años a 30 años, sin medidas alternas a la detención. Mientras que la pertenencia a éstos grupos, y su posición como cabecillas, está penada entre 40 y 45 años de prisión, situación que ya circunscribe a la decena de pandilleros identificados por las víctimas a El Heraldo.
“Esas son situaciones que le competen a los entes policiales, nosotros estamos en la disponibilidad de dar información y que se controle la situación”, informó otra de las víctimas a El Heraldo. Y aunque la zona es reconocida como un punto ciego, la presencia de policías no está presente. Mientras tanto, las actividades pandilleriles operan, principalmente en zonas colindantes como Nacaime, Alianza y Choluteca.
Detallan las víctimas que la droga es transportada de vehículo en vehículo, desde los puntos fronterizos. Otro testimonio asevera que la cantidad “no es mucha porque nos pueden descubrir, y esto solo es para que la mara la distribuya entre ellos porque en El Salvador se les complicó el acceso a la droga por esas reglas de Bukele”. Posteriormente, a las “7:00 de la noche ya nos toca cruzar el río. Es de noche para no levantar sospechas y porque es la orden que nos dieron. Caminamos entre 20 y 30 minutos después de cruzar el río. Subimos un cerrito y ahí están los mareros esperándonos para recibir la cocaína”.
Homicidios: Honduras y El Salvador
40,000 pandilleros han sido identificados en Honduras. La cifra es aproximada es reconocida por al Policía Nacional de Honduras y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID). La persecución de éstos criminales sería esencial para frenar en alcance de sus operaciones, y los posibles rebrotes que puedan tomar control en la región. Entretanto, en El Salvador, el número de integrantes de maras y pandillas ya es mayor a los 76,600, de entre los que ya han sido detenidos 70,000, en procesos judiciales que les comprometen a penas carcelarias por delitos comprobados.
Por otra parte, las cifras de homicidios son distintas; debido a las variables que implican el territorio, la población y el impacto que la seguridad nacional tiene en ambos países. De modo que en El Salvador es más notable evidenciar que el contraste de los homicidios, pese a que en ambas naciones era, precisamente, Honduras el que duplicaba las cifras de homicidios durante los últimos 10 años. Por ahora, el margen es mayo, pues al cierre de la primera semana de septiembre de 2023, se observaron 102 homicidios intencionados; cifra que contrata con los 1,636 homicidios intencionados durante el mismo período del año 2022.
Mientras que en Honduras, la cifra de homicidios llega a cuantificarse en los 1,626 intencionados, cifra que ya es inferior a los 3,664 homicidios intencionados que se registraron en el mismo período del año 2022; es decir, la relación entre ambas cifras es la del 55.3%. Pero mientras El Salvador llegó a cerrar el año fiscal 2022 con 495 homicidios intencionados, desde el mes de marzo, Honduras lo cerró con 3,664 intencionados, representando un alza del 0.6% (22 homicidios más). Pero, respecto del año 2010, las cifras de homicidios son ahora menores, pues hasta entonces se enumeraban hasta 6,239 en el vecino país, mientras que en El Salvador -con evidencia más contrastable-, las cifras de homicidios eran las de 3,987.