“Se nos crea el estigma de que por ser madres solteras debemos dejar de estudiar, de trabajar o de hacer otras cosas que no sean solamente cuidar a nuestros hijos; la sociedad nos dice que dejemos nuestros sueños y nuestra vida a un lado”, expresó Krissia Girón, una de las tantas madres que crían a sus hijos en ausencia de la figura paterna.
Krissia se convirtió en madre a los 22 años de edad, cuando cursaba el tercer año de la licenciatura en Periodismo en la Universidad de El Salvador (UES). Convivió cierto tiempo con el padre de su primogénito; sin embargo, “por problemas de la vida” decidió abanderar sola la lucha constante que solo una madre podría describir.
Han pasado ocho años desde el momento en que dio a luz a su hijo. En este trayecto ha superado muchos obstáculos; no obstante, logró romper con los estigmas y también ha logrado realizarse como periodista. Labora en la Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS), redacta y presenta noticias radiales.
“Esto ha sido un logro nada fácil; en un momento renuncié a mi carrera porque me tocó asumir trabajos pensando en llevar los ingresos a mi familia más que dedicarme a lo que ahora hago, es decir, desde que me quedé sola mis trabajo han sido desde contar carros en la calle, trabajar en el FOVIAL y hasta lavar platos en un comedor. Ha sido de todo un poco”, detalló la periodista.
En El Salvador cada vez más se incrementan los casos en que mujeres han tenido que ejercer la maternidad sin la asistencia del padre de sus hijos. Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (2014) realizada por el Ministerio de Economía (MINEC) a través de la Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC), la mayoría de madres solteras en el país son adolescentes.
El estudio revela que en el país, algunos niños, niñas y jóvenes en edades de entre cero a 17 años no cuentan con una figura paterna debido a que éste ha decidido dejarlos en abandono.
El psicólogo Ever Rodríguez explicó que la situación de las madres solteras en el país es difícil debido a la visión que tiene la sociedad sobre familia. Según el especialista, la figura paterna es tradicional y su ausencia choca con la realidad del significado de grupo familiar.
“Las madres solteras asumen en solitario las funciones parentales, las tareas domésticas, las responsabilidades en la educación y el peso de ser la única fuente de ingresos de la familia. La emigración ha sido una de las causas más comunes por las que los hogares se han desintegrado y han dado paso al aumento de madres solteras”, indicó Rodríguez.
El especialista señaló que desde la antigí¼edad las madres que crían solas a sus hijos han sido víctimas de la discriminación, lo anterior, basado en distintos orígenes, desde lo religioso hasta prejuicios sociales.
No obstante, Krissia es un ejemplo de qué las estigmatizaciones y cualquier tipo de discriminación de la maternidad son un reto que se supera a diario. “Hoy me siento bien y me siento muy orgullosa de mi hijo, pese a todo la vida junto a él no se me ha hecho muy difícil; él es muy inteligente, muy disciplinado. Debo asumir todas las circunstancias que la vida me ofrezca”, aseguró.