lunes, 13 mayo 2024

Los libros de superación personal

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Los libros de crecimiento y superación personal están de moda desde hace ya algún tiempo

Los  libros de crecimiento y superación personal están de moda desde hace ya  algún tiempo. Se han publicado miles de ellos. Digo yo que en todo este  tiempo deberí­an haber servido de algo, y haber provocado la superación en suficientes personas como para que la sociedad de hoy dí­a sea un poquito mejor que la de principio de siglo. Sin embargo, me temo que tal  cosa no ha sucedido. ¿Por qué?

Hay  varias explicaciones. La principal es que los consumidores de libros de  superación personal son, en gran parte, personas que buscan salida a algún tipo de crisis, y personas que buscan la fórmula del éxito. Sin embargo, los primeros suelen buscar como quien busca una receta de cocina para cocinar algo diferente porque ya se aburrió de comer de todo. Y los segundos buscan fórmulas que les den la combinación de variables que conducen al éxito y la felicidad.

Incluso,  la mayorí­a de este tipo de libros son puramente comerciales, y están escritos con esa orientación, es decir, no pensando en lo que el lector necesita, sino pensando en lo que el lector busca y espera leer. Así­, partiendo de que existe un error en lo que el lector busca, el error es correspondido por los autores. El resultado es que muchos de estos libros son una colección de recetas de vida, ecuaciones y experiencias personales que no tan fácilmente se aplican a la situación individual de  cada quien; y que cada quien, a su vez, hace muy poco esfuerzo por adaptarlas a su propia situación.

Y  es que, en realidad, formas de entender y alcanzar la superación hay miles de millones; tantas como personas en el mundo, y los ingredientes básicos son solo unos cuantos, pocos. Y no están exclusivamente en estos  libros; están en la sabidurí­a humana desde que el hombre es hombre, y nadie los descubre en estos libros porque todos los conocemos desde que somos niños, aunque algunos solo los conozcan de oí­das. Me refiero al esfuerzo, la visión, la planificación, la constancia, la disciplina, etc.

Habiendo  pocos ingredientes básicos, lo que hace que haya tantas formas diferentes de superación son las circunstancias personales de cada quien. De ahí­ que el conocimiento y el análisis de dichas circunstancias  es una parte muy importante, y eso es algo que solo uno mismo, tal vez con ayuda del entorno í­ntimo, puede hacer, pero no nos lo puede enseñar un libro. Y ahí­ es donde muchas personas fallan; asumen que están en una  posición en la que no están, asumen recursos que no tienen, o desestiman los que sí­ tienen, no conocen bien sus talentos, que casi todas las personas tienen alguno, y tampoco conocen bien sus debilidades  y lo que éstas pueden condicionarles en su perspectiva.

Por  otro lado, los libros nos hablan mucho de lo que nos debe impulsar a crecer, pero nos hablan poco de lo que nos frena en ese crecimiento, a parte de las circunstancias personales desfavorables; me refiero fundamentalmente al miedo y la envidia. El miedo puede ser debido a algún fracaso previo, o, precisamente, al desconocimiento del terreno que pisamos, o bien a haber formado parte de nuestro proceso de desarrollo desde la niñez o adolescencia, de modo que se ha hecho crónico, y no tan fácilmente va a desaparecer.

La  envidia”¦ bueno, eso es otra cosa. Es un mal endémico en nuestra cultura  latina, y es la principal responsable de que siempre estemos igual, ni para atrás ni para adelante. La envidia tiende a frenarnos cuando es de los demás a nosotros, por razones obvias, pero nos frena mucho más aún cuando es de nosotros hacia los demás, porque la envidia no estimula en absoluto el crecimiento personal para subir al nivel de las personas envidiadas, sino que, por el contrario, tiende a obstaculizar y derribar  el crecimiento de las otras personas para que caigan a nuestro pobre nivel.

El  éxito pocas veces llega de repente y sorpresivamente, que es como la mayorí­a de las personas lo imagina y lo sueña; por eso difí­cilmente les llega. Y cuando llega de repente, lo más probable es que también se vaya  de repente. En general, en la inmensa mayorí­a de los casos, el éxito no  llega, sino que se consigue, y no sucede de repente.

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Margarita Mendoza Burgos
Margarita Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicólogía Médica, Psiquiatrí­a infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España; colaboradora de ContraPunto
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