martes, 16 abril 2024
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La Paz en Centroamérica: ¡El Espí­ritu de Esquipulas Vive!

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En mayo de 1986 y agosto de 1987 los presidentes de Centroamérica firmamos los históricos Acuerdos de Esquipulas I y II para buscar la Paz Firme y Duradera en la región. Con ello comenzamos a soñar y a construir una región de oportunidades. Más que una anotación histórica estos Acuerdos son un referente y plataforma de principios para el mantenimiento de la paz, la justicia, la solidaridad y la democracia.

En aquel momento, sentamos las bases para terminar con los conflictos internos en los paí­ses de la región e iniciamos un proceso de paz que se ha mantenido hasta la fecha en Centroamérica. Además, iniciamos un proceso de institucionalización democrático que ha permitido a los pueblos de la región elegir sus gobiernos a través de elecciones libres.

Con los Acuerdos de Esquipulas le demostramos al mundo que tení­amos la capacidad de ser los actores y sujetos de nuestro propio destino. Forjamos un legado de transformación en el istmo, siendo nosotros mismos artí­fices del relanzamiento de nuestro proceso de integración centrado en el ser humano como meta y aspiración de todas nuestras acciones, una integración capaz de tejer más que esperanzas realidades capaces de impactar la calidad de vida de nuestros pueblos.

Para nuestra región Esquipulas fue y seguirá siendo el punto de inflexión para evidenciar siempre que la paz, la democracia y la integración centroamericana son las bases e instrumentos necesarios para avanzar en el desarrollo incluyente y sostenible. Los históricos Acuerdos de Esquipulas significaron todo un hito y sentaron un antes y un después en Centroamérica y son a mi juicio los acuerdos más importantes desde la independencia de la Corona de España.

Los Acuerdos de Esquipulas, en aquel momento fueron dedicados a la juventud. Hoy, en 2018 un porcentaje alto de la población en Centroamérica no habí­a nacido cuando los Esquipulas tuvieron lugar, por eso es importante su valoración histórica y apropiación. Aún con todas las dificultades que enfrentan hoy en dí­a los paí­ses de la región, las condiciones son mucho más favorables para construir cambios polí­ticos, para construir una cultura de paz, para apostarle a la integración, en definitiva, para seguir avanzando hacia el desarrollo. Los jóvenes deben tomar lo bueno de las generaciones que les hemos antecedido y asumir el compromiso de construir realidades mucho más prometedoras.

Hoy más que nunca vamos a apostarle a la integración y al diálogo para consolidar la paz en nuestra región. Como centroamericanos vamos a defender la paz y nuestro proceso de integración como ese instrumento para sumar esfuerzos y voluntades para el desarrollo de nuestros pueblos.

Como Secretario General del SICA tengo un compromiso con todos los pueblos de Centroamérica y seguiré trabajando para que la integración y la unidad de nuestros pueblos nos brinden oportunidades para garantizar el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos. Desde que inició la crisis en Nicaragua nos hemos pronunciado a favor del diálogo y de buscar una solución pací­fica para evitar más derramamiento de sangre de nuestros hermanos y hermanas nicaragí¼enses.

Personalmente desde el inicio he manifestado mi preocupación y solidaridad con el pueblo de Nicaragua. Hicimos un llamado también al Gobierno de Nicaragua a tutelar de manera estricta los derechos humanos. Así­, como un llamado a las partes a privilegiar el diálogo y las soluciones polí­ticas frente a la violencia.

Los Gobiernos que conforman el SICA, también han manifestado su preocupación en diversas oportunidades y, el 30 de junio el máximo órgano del SICA, la Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, emitió “La Declaración Especial por Nicaragua”, en la que se hizo un llamado para detener todas las manifestaciones de violencia, la preocupación por el respeto a los derechos humanos y, entre otras consideraciones, se me encomendó contribuir con la solución de la crisis en Nicaragua. En el SICA las decisiones se toman por consenso, por lo que no es fácil alcanzar acuerdos, sobre todo en temas tan delicados que involucran a uno de los Estados miembros, sin embargo, la voluntad de todos los paí­ses miembros por encontrar soluciones quedó plasmada en esta Declaración.

Desde el SICA estamos dispuestos a acompañar este proceso para que la integración sea ese instrumento de paz y desarrollo, como lo hicimos en Esquipulas I y II. Sin embargo, como lo he manifestado en repetidas ocasiones la solución a la crisis de Nicaragua no está en los organismos regionales o multilaterales. Está en la voluntad de los actores internos por alcanzar soluciones polí­ticas viables y sostenibles.

Sí­ hace más de treinta años, en medio de la guerra frí­a y sangrientos conflictos armados internos, pudimos dialogar para buscar juntos soluciones a nuestros problemas, hoy más que nunca debemos apostarle a la concertación, a la integración y a la suma de nuestros esfuerzos para poner fin a este conflicto. El diálogo siempre será el camino para resolver nuestras diferencias y por ello la integración regional es más necesaria que antes por razones históricas y por razones de futuro. Debemos trabajar juntos por construir una Centroamérica de más y mejores oportunidades.

En Centroamérica anhelamos la paz, generaciones completas hemos dedicado parte de nuestras vidas a la construcción de la misma. No ha sido un camino fácil, ha conllevado presiones nacionales e internacionales, pero ha sido la gran apuesta de muchas mujeres y hombres que soñaban y seguimos soñando con una región de paz. Nunca más la guerra, nunca más la violencia como medio para dirimir nuestras diferencias.

El diálogo y la cordura deben siempre prevalecer de parte de todos los sectores. No perdamos de vista que la paz no es una meta que se alcanza un dí­a, no es una conquista diaria, es una cultura que debemos construir de muchas formas. No puede haber paz sin las condiciones dignas para el desarrollo de los pueblos.

No hay otro camino, la paz es el camino para alcanzar y construir una región de oportunidades. ¡El espí­ritu de Esquipulas vive y tiene más vigencia que nunca!

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Vinicio Cerezo
Vinicio Cerezo
Secretario General del SICA y Presidente de Guatemala 1986- 1991

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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