viernes, 12 abril 2024

La derrota de las pandillas y la gobernabilidad democrática

¡Sigue nuestras redes sociales!

"El reto ahora es rehabilitar esos territorios con nuevos valores de convivencia, con nueva institucionalidad, con fuerte inversión social y cultural": Francisco Martínez.

A propósito del 4° aniversario del inicio de una revolución electoral, en que Nayib Bukele y su movimiento Nuevas Ideas ganaron la contienda electoral por la presidencia de la república, en primera vuelta y con el apoyo amplio de la población, derrotando sin lugar a dudas al bloque político gobernante de ARENA y FMLN, y superando una y otra vez las diversas argucias legales y paralegales que esos partidos, sus aliados en la institucionalidad pública y los poderes fácticos, que con todo su arsenal, trataron  de sacarlo de la contienda. 

El resultado fue incuestionable, por decisión del soberano Nayib Bukele se convirtió en Presidente de la República.

2 años después, los ciudadanos que paciente e indignadamente habían observado la insensibilidad, la falta de empatía y los constantes torpedeos a la proactiva y preventiva gestión gubernamental de Bukele que respondió con acciones inéditas a los desafíos de la COVID 19, una PANDEMIA MUNDIAL que provocó una crisis global: sanitaria, social, económica y de desarrollo humano; esos mismos ciudadanos salvadoreños, indignados y asqueados con el bloque ARENA-FMLN que representan al ancien regime y el estatus quo de esa clase gobernante, dieron en febrero 28 de 2021 a Nuevas Ideas y a Bukele una nueva victoria electoral, otorgándoles las mayorías legislativas, la mayoría simple y las mayorías calificadas hasta ese momento algo imposible por la configuración del régimen político. Y también, les dieron la mayoría en los Gobiernos Municipales. Hicieron electoralmente de El Salvador un territorio cyan.

Este ejercicio de soberanía, en que el pueblo acudió a emitir, en condición de igualdad su voto, no puede ser cuestionado, aunque es obviado por los detractores del gobierno para intentar deslegitimar su actuar. Es ese resultado electoral, el que le dio al Presidente Nayib Bukele y a su formación política Nuevas Ideas la legitimidad suficiente para impulsar su propuesta política. Con tales mayorías delegadas por decisión del soberano, el pueblo.

El mensaje del pueblo fue claro: VAYA, haga los cambios que el país necesita para salir de esta grave situación, resuelva el problema de la delincuencia y afronte los problemas de la economía y de la desigualdad, ponga la maquina del Estado en función del bien común, eleve la calidad de los bienes y servicios públicos y la calidad de vida de los salvadoreños.

Este mandato, esta delegación de poder es lo que, de forma falaz, los opositores al gobierno tratan de presentar como un problema de democracia, con el eslogan de que el país tiende a la deriva autoritaria. Evadiendo el contexto histórico y el cansancio de la gente con las viejas formaciones partidarias corruptas e incapaces de resolver los problemas histórico y estructurales, estos actores que se autodenominan demócratas se resisten a asimilar lo sucedido como parte del juego democrático: perder o ganar el favor del pueblo en elecciones, y evitan contar porqué Bukele y su movimiento ganaron y porqué 4 años después su popularidad se ha reforzado. 

La primera tarea encomendada a Bukele estaba clara, derrotar a las pandillas, ¿cómo hacerlo? la única opción a la manera salvadoreña, con los recursos propios, eso implicaba una reingeniería institucional y una clara opción por los salvadoreños trabajadores. Al declarar e impulsar una guerra contra los criminales ya identificados que son las pandillas terroristas, no en abstracto de una guerra contra el crimen, se trataba de un enfrentamiento que debía ser estratégicamente planteado en la razón y soberanía del Estado, soportado en la normativa legal nacional, respetando la función asignada a las instituciones y conforme las leyes internacionales de la guerra, en este caso una guerra interna para recuperar la soberanía del Estado salvadoreño. Hacerlo, sin dudar, desoyendo a las voces y corifeos internacionales y locales de los políticamente correcto, pero, sin ignorarlas, garantizando el bienestar de las mayorías.

Podrá decirse que en esta acción de guerra no ha habido una sangría humana, ni la gran mortandad, o grandes desplazamientos de civiles, como sucede en toda guerra de dos partes enfrentadas y armadas, eso es cierto, pero sólo parcialmente, hay que tener siempre presente esa historia diaria del costo humano que padeció la sociedad salvadoreña en sus comunidades durante los 30 años de guerra criminal de las pandillas y los 12 años de la guerra civil. Una historia iniciada en el conflicto de los años setenta del siglo pasado.

Enfrentar, aislar, desplazar y derrotar a los grupos delictivos de las organizaciones terroristas de las  maras requería de un liderazgo firme, una estrategia política coherente, un plan táctico-operativo, un presupuesto especial y la articulación del poder institucional del Estado (la fuerza de coerción de la PNC y las Fuerzas Armadas; la acción de inteligencia policial y de seguridad nacional: la actuación del sistema judicial -que evitara las famosas “puertas giratorias” de la impunidad que gozaban los criminales-; combinados con acciones de recuperación del tejido social) esta guerra permitió recuperar el poder y control del Estado en los territorios ocupados y gobernados hasta hace unos meses por las pandillas.

El reto ahora es rehabilitar esos territorios con nuevos valores de convivencia, con nueva institucionalidad, con fuerte inversión social y cultural, con promoción del desarrollo y progreso de las comunidades y con un liderazgo moralmente comprometido con un nuevo proyecto social de cambios.

Hoy que el país puede decir que el tema de la violencia terrorista de las pandillas ha sido superado, porque las organizaciones de pandilleros han sido derrotadas estratégicamente, ya que la mayoría de sus miembros están capturados y en espera de procesos judiciales con nuevas normativas penales o han sido expulsados de sus espacios y han perdido el control de los territorios por la acción del Estado, y ya no pueden financiarse festinadamente de la extorsión y el robo, porque “sus códigos” han sido suplantados por la institucionalidad y la ley mientras sus “colaboradores” están reducidos, huyendo o bajo la observación y presión de los ciudadanos empoderados que han recuperado sus espacios comunitarios, las calles y plazas.

Para el gobierno, no es tiempo de celebrar, pero sí de rendir parte a la nación de la Misión cumplida. Pero para asegurar el nuevo momento es preciso continuar las fases de la estrategia contempladas en el Plan Control Territorial.

La batalla se ha librado principalmente en 5 flancos: i) contra las estructuras de las organizaciones de pandillas; ii) contra los rescoldos institucionales y actuar de los poderes fácticos del ancien régimen; iii) contra los detractores del gobierno a nivel local e internacional; iv) contra la opinión de centros de poder global (políticos, internacionalistas woke, funcionarios internacionales, ONG’s, cadenas de noticias, entre una variopinta mezcla de otros personajes); y, v) a nivel de la conciencia y corazón del pueblo. En todas estas la estrategia liderada por Nayib Bukele salió victoriosa. Pero como él mismo asume, la batalla continuará, porque estos que se han opuesto a las acciones para resolver el problema de la violencia terrorista de las pandillas que se tornó en el problema central de la vida de las personas, de la vigencia del Estado, de la gobernabilidad, de la democracia y del desarrollo humano, si bien es cierto que están derrotados y no lo pueden seguir ocultando, pero su ruin deslealtad y oprobiosos intereses los movilizará y ya vendrán con nuevos temas y nuevos ataques.

Sin duda ganar el corazón de la gente, rescatar su alegría y recuperar la esperanza perdida en un futuro, es la mayor victoria obtenida; y es, la que abre el nuevo momento.

Por tanto, es oportuno reflexionar algunos hechos sucedidos y poner en perspectiva los escenarios previos y posteriores del próximo evento electoral presidencial y legislativo del 4 de febrero de 2024.

En primer lugar, tengamos en cuenta lo que las encuestas presentadas en enero 2023 y que según CID GALLUP revelan, por un lado, la alta popularidad del Presidente Nayib Bukele, por la disminución de la criminalidad (92/100) califican positivamente el trabajo en seguridad pública (96/100). Y, ven buena gestión en educación y salud; y, por otro lado, que los principales problemas que se identifican en la vida diaria son del ámbito económico social, no obstante, reconocen que el rumbo de país es mejor (84/100), que la perspectiva de la situación económica familiar es mejor (68/100); que el Presidente Bukele está haciendo lo bueno para el país (89/100). 

En segundo lugar, es de destacar, el tenue cambio de opinión o la mesura en las opiniones, sobre la legitimidad de la acción en el gobierno del Presidente Bukele, por parte de los voceros de los poderes globales, el más significativo el del Representante de EEUU en la OEA: Francisco Mora, que expresó, que “no ha habido rompimiento democrático en El Salvador… y que… es parte de los gobiernos democráticamente elegidos y no hay y no ha habido, por ejemplo, una interrupción en el orden constitucional como lo describe la Carta Democrática de la OEA”. En ese contexto, se da la llegada del Nuevo embajador de Estados Unidos el señor William Duncan.

El reconocimiento, de sí, pero…, del éxito del Plan Control Territorial por parte de los medios opositores encabezados por el periódico digital el faro y replicado internacionalmente por los cadenas noticiosas con la “acotación” que: eso ha sido a “costa de la democracia”.

Tercer punto a considerar, 2023 será un año de eventos internacionales donde destacan la realización de los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, el evento global de belleza de Miss Universo, a esto se agregan los diferentes torneos de surf, actividades que serán un atractivo de visitas, pero sobre todo mantendrán el nombre de país en la agenda internacional, ya no por la atroz barbarie de la violencia pandilleril, sino por eventos de ocio y turismo que mostrarán el actuar de las instituciones del Estado y del tejido productivo nacional.

Un cuarto aspecto que vale la pena tener en la valoración, es el desarrollo de una agenda de reformas del Estado, en sus marcos normativos, sistemas de gestión, fortalecimiento del aparato burocrático que implica un nuevo concepto de funcionariado, mejora de los sistemas regulatorios y digitalización de los servicios y la gestión. El enfoque es a instituciones orientadas a la gente, a servicios de calidad, con calidez, costo eficientes, oportunos y localizados. Prueba de estos es la Dirección de Obras Municipales, la fusión de FOPROLYD con el INABVE, el CONAPINA y el Instituto Crecer Juntos, el Instituto Salvadoreño de Pensiones, además de retomar la idea de reducir el número de municipios y la propuesta de reformas a la Constitución de la República (en revisión por el Presidente), muestran esta reforma en desarrollo.

El quinto aspecto es el hecho de que entramos ya al espacio de contienda electoral, a un año de estas los diferentes actores hacen sus ajustes de estructura y de planes electorales, institucionalmente el Plan General Electoral 2024 del Tribunal Supremo Electoral está a la espera de la asignación de presupuesto. 

Hay que decirlo, el anuncio del Presidente Nayib Bukele de correr como candidato a la Presidencia de la República en el año 2024 es el hecho preelectoral más relevante, por dos razones, una porque lo hace amparado en la: Sentencia 1-2021 Pérdida de derechos de ciudadanía, de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en la que se ordena al Tribunal Supremo Electoral dar cumplimiento a esa resolución en lo relacionado a permitir de conformidad con el artículo 152 ordinal 1° que una persona que ejerza la Presidencia de la República y no haya sido Presidente en el periodo inmediato anterior participe en la contienda electoral por una segunda ocasión. Y, por otro lado, que su participación como candidato será en el marco de un cambio de era, localmente por primera vez será con un Estado en control total del territorio y con una fuerte expectativa popular y social esperanzados en un país mejor; y, a nivel mundial, en el escenario de un cambio de orden, que abre grandes oportunidades.

De la ingobernabilidad real y efectiva en la que se ha vivido en El Salvador, estamos en un momento de rescate de las pautas del buen gobierno, legitimo y eficaz, para asentar la gobernabilidad democrática a lo salvadoreño con bienestar en la mesa y los patios de la gente, en los espacios públicos y en las instituciones, con participación y empoderamiento ciudadano. Esa es la democracia que tendrá sentido, la que ponga a la gente como el centro de todo.

Los más seguro, a 12 meses de las elecciones presidenciales y legislativas, considerando el amplio respaldo popular, el estado de ánimo de la gente, y la situación de la oposición, es que Nayib Bukele sea electo Presidente para el periodo 2024-2029 y que obtenga las mayorías legislativa para fortalecer el cambio.

Pero, la verdadera noticia será que sus acciones de gobierno al cierre de su primer periodo y la agenda de sus propuestas para un segundo mandato estarán orientadas, a responder a la gente, por ello, es presumible, que el enfoque  estará orientado a: modernizar el Estado, al desarrollo de la economía, a rescatar las soberanías (alimentaria, energética, hídrica, internacional y frente al mercado), a fortalecer la cohesión social, a instaurar una fuerte institucionalidad, a sentar las bases de una sociedad democrática, en suma: a recuperar el tiempo perdido; es lo que dejamos de hacer en los años 50 y 60 del siglo pasado y por esa falta de concreción y la miopía de la clase gobernante perdimos vidas, recursos, oportunidades, la esperanza y sueños durante 70 años; no debe haber duda, por los que ya no están y creyeron en esto, por nosotros, por nuestros hijos y sus hijos, vale la pena que esto suceda.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

spot_img

También te puede interesar

Francisco Martínez
Francisco Martínez
Columnista y analista de ContraPunto. Consultor en temas sociolaborales, exdirigente sindical y exmilitante insurgente. Con experiencia en capacitación y organización popular, formación en finanzas corporativas y gestión de recursos humanos.
spot_img

Últimas noticias