El pasado 30 de abril finalizó la primer ampliación al plazo oficial de inscripción para quienes quieran optar a los cargos dentro de las estructuras del FMLN, siendo este el primer paso del proceso de elecciones internas anunciado por la Comisión Política el 6 de febrero pasado, anuncio a partir del cual las expectativas aumentaron no solo entre quienes desde adentro venimos pidiendo cambios profundos en el FMLN, sino también entre aquellas personas que aún consideran viable el proyecto político que representa el partido, sin embargo, nuevamente la actual dirigencia deja en evidencia su nula intención en cambiar sus estilos de gestión.
Como prueba de ello se puede señalar la integración del equipo de conducción del proceso, que básicamente fue el reciclaje de la misma Comisión Especial Electoral, liderado por personas, que como es bien sabido, son cercanas a la cúpula. Esta Comisión, haciendo honor a la frase de Harry S. Truman «sino puedes convencerlos, confúndelos», ha tenido una constante falta de claridad alrededor de los pasos, características y tiempos del proceso interno, y es que tanto en las participaciones en entrevistas y conferencias de prensa, como en los comunicados han brindado información a cuentagotas o incompleta, y en el peor de los casos hasta contradictoria, situación que incluso se trasladó a los medios de comunicación directa habilitados para realizar consultas, como el caso del número telefónico para comunicarse vía mensaje de texto, fuera cual fuera la pregunta o duda de la militancia las respuestas eran ambiguas, y en algunas ocasiones contradictorias, incluso pudiendo variar en un mismo día. Por otro lado, no ha habido claridad en las fechas en las que se desarrollaría cada etapa, por ejemplo, se anunció que el proceso de inscripción de candidatos iniciaría el 15 de abril, en plena semana santa, lo que obligó suspender el proceso por el período de asueto, reduciendo el tiempo efectivo para poder inscribirse, tanto que se vieron obligados a ampliarlo en dos ocasiones, la primera de forma general, y la segunda para lograr complementar las candidaturas a nivel municipal.
Sumado a los desaciertos por parte de la Comisión Especial Electoral, resalta el proceso de «elaboración» del padrón de afiliados, el cual muchos criticamos. El primer error, negarle la posibilidad a aquellas personas que a pesar de las malas decisiones por parte de la cúpula, seguían interesadas en sumarse al proyecto; el segundo, igual de grave, el proceso de depuración que se convirtió en una cacería de brujas hacia aquellas personas del FMLN que manifestaron su apoyo a otros proyectos políticos, resultado del distanciamiento entre la dirección y la militancia, lo que obligó a muchas personas buscar una nueva opción para tratar de concretar su ideales; quedando claro que la cúpula no buscaría refrescar el pensamiento dentro del partido, mucho menos saber cuáles habían sido las razones que motivaron a los rojos a cambiar de color.
Además se debe mencionar algunas posturas y declaraciones de la dirección actual, y de funcionarios allegados a ella, donde, abandonando su investidura, dejaron entrever favoritismos o rechazos hacia algunos de los interesados en participar, siendo lo correcto por su parte asumir una posición institucional siendo facilitadores y garantes de un proceso en igualdad de condiciones; el simple hecho de hacer públicas esas simpatías vician el proceso en sí mismo; aunque este tipo de acciones lejos de ayudar a los «ungidos» les pueden llegar a afectar.
Seguramente habrá muchas más razones y evidencias que el proceso de democracia interna, no tendrá las características que el proyecto y la militancia exigen y merecen situación que a nivel interno nos ha desanimado a muchos para participar en el mismo, por la falta de claridad de las reglas del juego, pero sobre todo por la falta de certeza de que los cambios en la manera de hacerlas cosas son auténticos e inician desde ya.
Para quienes a pesar de todo decidan participar en este proceso y resulten electos, una de sus principales tareas será erradicar todo este tipo de prácticas antidemocráticas, que demuestran falta de madurez y de un liderazgo cercano a la población, no deben perder de vista que el partido no es finca de nadie, el partido nació por y para la población, y esto se deberá mostrar con hechos, cambiando la vieja práctica que se centra en la jerarquía y las líneas de mando, que tanto costo le han acarreado al partido, deberán basarse en procesos transparentes, inclusivos, y sobre todo verdaderamente democráticos, ya vemos que este proceso no lo es en lo absoluto.