Ningún deportista compite en tres Juegos Olímpicos de El Salvador, sólo un atleta masculino ha alcanzado ese logro: el judoca Juan Carlos Vargas, quien estuvo en Los Ángeles 1984, Barcelona 1992 y Atlanta 1996. Ahora es médico y nos contó cómo fueron sus experiencias y trayectorias en el programa de Team ESA Deportes Radio y TV.
Niñez. “ Para esa época aunque no tiene nada que ver, en mi niñez recuerdo que salió la primera película de Star Wars, mi entrenador nos decía que éramos los samurái modernos y que debíamos mantener la paz, igual que los jedi en la película. Yo me creí todo eso y lo relacioné, claro eso hizo interesarme más por el deporte; quizás una de las razones por las que comenzó en el judo fue porque mi papá era médico y le recomendaron este deporte ”.
Olímpicos. “Cuando era niño yo nunca pensé o imaginé llegar a estar en unos Juegos Olímpicos, porque pensaba que era un juego no una disciplina. La primera vez que participé en un torneo fue en el 79 ‘en el Círculo Estudiantil. Para mí, todo era nuevo y no entendía porqué era la bulla, no entendía porque mi rival me lanzó y me inmovilizó. Yo estaba, pero bien desubicado con respecto a mi entorno, pero aun así terminé en tercer lugar. Pensaba que esto era un deporte y no me importaban los puntos o el rival, el resultado, nada sino pasarla bien ”.
Los Angeles. “En los juegos anteriores de Moscú 80 ‘la delegación de El Salvador no pudo ir, entonces ir en esta edición era muy importante, fuimos 10 atletas. El profesor nos entrenaba fuerte, hablábamos sobre la clase de Judo que hacíamos, no como ahora que uno se especializa en una rama del judo, eso no existía antes. Estaba muy contento porque nos decían que iríamos a los Juegos, algo que no me creía, yo pensaba que ahí solo iban los buenos y pues yo iría. Los juegos de Los Ángeles cambiaron, ya que había patrocinadores por primera vez, Estados Unidos quería dar una gran fiesta y demostrar su populismo ante el mundo, se botaba a la basura la comida cada 8 horas y ahí íbamos nosotros a buscar chocolates para llevarles a nuestros alumnos y compañeros. Para esos juegos yo tenía 21 años, y mientras estábamos en los juegos, mi país estaba en guerra, nuestro profesor nos decía; pues por todos esos que están peleando, ustedes aquí pelearan y darán lo mejor; esa fue una gran motivación y quedé en lugar 11 ”.
Seúl . “Para los juegos de Seúl 88 ‘habíamos clasificado dos, pero solo podía ir uno. El profesor Sandoval conmigo habló y me dijo que sería bueno que Fredy fuera para salvar su vida, ya que en esa época lamentablemente ser joven era un delito en el país por la guerra. A mí en muchas ocasiones me detuvieron para revisar mi mochila, ya Fredy lo reserva hasta arrestado, entonces con tal que saliera del país para estar seguro, yo accedí a que fuera, ya que era ayudarlo y era por la situación en la que se vivía ”.
Barcelona. “1992 fue un año bien difícil, yo ya estaba casado, estaba haciendo el internado en el San Rafael porque estaba trabajando como estudiante, pero tenía las responsabilidades de un médico. El Lic. Chévez, era el presidente de la Federación y conocía mi situación, me llamó y me dijo que habrían entrenamientos de mis horarios, me prestó un carro para que no anduviera en bus, fue una época bien complicada y el Lic. Chévez pues me tendió la mano. Unos meses antes de los Juegos suspendí mi internado, había completado la materia que tenía para dedicarme a los entrenos. Esos juegos fueron muy especiales ya que el día de la inauguración nació mi hijo Juan Carlos, mientras yo estaba en Barcelona. Fue una gran motivación para mí el saber que ya era papá y pues que debíamos darlo todo en los Juegos ”.
Atlanta. “Ahí ya tenía 2 hijos, el Lic. Chevez me propone pelear en dos categorías, en 78 Kilos dentro de Centroamérica y en 71 Kilos fuera de Centroamérica, algo en lo que no estaba consciente [PyP1] [PyP2] de lo que hacía, porque bajar de peso fue un reto, logré clasificar en las dos categorías para los juegos. Ya estaba mentalizado que estos mis últimos juegos; había cumplido mis metas, ya era médico y tenía 2 hijos y para cerrar mi faceta como atleta tuve el privilegio que mi esposa podría acompañarme, ya con solo eso estaba feliz, fue algo soñado ”.
Médico. “Tuve la oportunidad de asistir a los juegos de Atenas, Sidney y Beijing como médico y fue más estresante porque como iba de médico y ya no como atleta. Antes mi pensamiento era que se preocupaban por mí, hoy yo era el que debía estar pendiente y atento de los atletas que debía cuidar. Hay algo que disfruto mucho ya ahora y es cuando iba por un centro comercial el año pasado, que me encontré con una ex atleta de gimnasia, ya casada con hijos, ese reencuentro y cariño que le guarden a uno después de tantos años no tiene precio , es algo bonito sentirse apreciado por aquellos que cuidé ”.