El Instituto de Medicina Legal (IML) reportó que en agosto fueron asesinadas 398 personas en El Salvador. San Salvador, Cuscatlán y San Miguel figuraron como los departamentos con más muertes violentas.
Según IML en agosto hubo 27 casos más que los registrados en julio, mes en el que fueron ultimados 336 hombres y 35 mujeres. El rango de edad de los asesinados en ambos meses, según las estadísticas, oscila entre los 15 y 24 años.
En 2015 El Salvador estuvo entre los países con mayores tasas de homicidios contra personas de entre 0 a 19 años. Esta realidad hizo que entidades internacionales como UNICEF se pronunciara e hicieran un llamado al Estado para que velara por la protección de la niñez y adolescencia.
El llamado fue “a redoblar e intensificar los esfuerzos para lograr instituciones, comunidades cohesionadas y protectoras que aseguren la integridad física y emocional de las niñas, niños y adolescentes, frente a un recrudecimiento de la criminalidad y la violencia que está alcanzando cifras inaceptables de homicidios que, a la fecha, continúan al alza”.
El Salvador, uno de los países más violentos del mundo por sus altas tasas de homicidios que en 2015 llegaron a 104 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a cifras oficiales.
Por otro lado, según datos de la Policía Nacional Civil (PNC) en junio de 2016 se reportaron 331 asesinatos a nivel nacional. Enero del año en curso cerró con 738 muertes; febrero con 661; marzo terminó con 626; abril con 334 y mayo finalizó con 353 muertes dolosas. El promedio diario de asesinatos de enero a marzo fue de 24, sin embargo ante la implementación de las medidas de emergencia antiviolencia, de abril a junio el promedio es de 11 diarios.
El gobierno salvadoreño actualmente ejecuta una serie de medidas extraordinarias para contrarrestar la violencia, entre ellas están el plan Cero Grafitis violentos, recuperación de espacios públicos, promoción y articulación de espacios deportivos y culturales, recuperación de 713 centros educativos en zonas altamente vulnerables y la articulación comunitaria para cuidar los territorios recuperados.