sábado, 3 mayo 2025

Historia de El Salvador en Washington DC: Lilo González

¡Sigue nuestras redes sociales!

Por Grego Pineda (*)

La historia y evolución de la nación salvadoreña, está vinculada, ineludiblemente, a la emigración de sus hijos e hijas a Los Estados Unidos de América. Más de dos millones de compatriotas vivimos en la Unión Americana. Entonces, para conocer y comprender la historia contemporánea es imprescindible acercarnos a las comunidades salvadoreñas y focalizar algunos de sus personajes destacados.

Respecto a la zona metropolitana de Washington DC, es necesario recurrir al legado musical y poético del cantante y compositor Víctor Alirio González, conocido por su nombre artístico «Lilo Gonzalez», quien con su lírica reflexiva y solidaria ha derribado barreras y ha hermanado a la comunidad latina y a ésta con las demás. Su trayectoria artística ha construido puentes de entendimiento. Esto último en beneficio de la imagen y comprensión de la salvadoreñidad en USA.

Lilo es profesor normalista, nació en el pueblo Armenia de Sonsonate de la República de El Salvador en 1957 y emigró a Los Estados Unidos de América en 1981. Eran tiempos de guerra en su país, cuando se refundaba la nación con las armas y nobles ideales. Lilo enarbolaba el sueño de una matria amorosa que abrazara a todos sus hijos por igual y no una patria excluyente y condenatoria. Pronto fue perseguido y tuvo que emigrar.

González llegó a la zona Este y su diafragma sensible vibró y se desgarró con lo que vivía la colectividad. El encarnó los más sagrados ideales, dolores, esperanzas y angustias de toda una generación de compatriotas. Y luego los cantó y fue la voz de un fenómeno social que sucedía no solo en Washington DC, sino en otros Estados donde sus hermanos se protegían de miedos, traumas y de la muerte. Por eso es importante Lilo, porque su canto refracta el llanto y abandono, pero también la esperanza que redime.

El tiempo ha sido benigno y Lilo ha envejecido junto a una época crucial para la inmigración salvadoreña. Hablar de la conocida migración de la guerra, cuyas motivaciones fueron persecución y violencia política, es todavía desconcertante y doloroso. Aún sigue la diáspora, pero llegan a una ciudad ya conquistada por la salvadoreñidad que anida en el imaginario colectivo.

Alienta saber que los archivos de periódicos y noticieros, libros y la historia oficial de Washington DC, reúnen testimonios y evidencias de aquella época, cuando los salvadoreños comenzaron a llenar las calles washingtonianas, tiempos donde la extrañeza y desamparo los obligó a organizarse y luchar por abrirse espacio entre la cosmopolita ciudad y establecerse para el resto de vida. La gesta tuvo líderes sociales y Lilo aglutinaba con su canto e inspiración.

Lilo cantando en actividad de hispanos frente al Capitolio

En el Distrito de Columna es difícil ignorar a la Comunidad salvadoreña por ser numerosa y estar diseminada en Virginia y Maryland. Y porque su aporte ciudadano, económico, cultural y político está presente en la vida cotidiana norteamericana. Su imagen positiva la han forjado mujeres y hombres que supieron estar a la altura de las exigencias y desafíos, no sin sacrificio; y el icónico disco compacto «A Quien Corresponda…» reúne el más sentido homenaje de Lilo, entre otras, con la canción «Ningún Ser Humano Es Ilegal».

Ahora los tiempos compensan con creces a esa generación de veteranos que, por lo mismo, son valiosos para sustentar la historia de la Comunidad salvadoreña en USA. Y es que, la segunda generación o los que vinieron niños, están dando un rostro renovado al legado recibido de sus padres. Es el caso de Lilo Gonzalez, cuyos hijos, binacionales, también destacan como artistas: Lilo Gonzalez Jr., en el Rock, con meritoria trayectoria. Y Camilo González-Sol, destacado músico con estudios académicos en composición clásica.

Y como el tema es por demás interesante, consulté a la Doctora Jeannette Noltenius, presidenta de la Casa de la Cultura El Salvador y reconocida gestora cultural de la zona, quien opina que «Lilo Gonzalez representa la creatividad, dulzura y esperanza de nuestro pueblo.  Su conexión con lo bello del ser humano hace que los niños y jóvenes le escuchen con júbilo y atención.  ¡Lilo es un cantautor de alma y Corazón!».

Finalmente, el reconocido escritor salvadoreño-estadounidense Neris Amilcar Hernández, quien migró el mismo año que nuestro cantautor, pero residente en Los Ángeles, California, expresó que: «Es interesante que muchos de los paisanos no hemos oído de Lilo y su legado musical. Hasta ahora que lo mencionas en Facebook y lo busqué y ahí está: un gran artista con una larga trayectoria, con un amplio reconocimiento que los extranjeros saben más de su historia que los mismos salvadoreños».

Lilo, en 1990, destacó en el Festival OTI y en los premios Billboard. También ha ganado 5 premios WAMMIEs en el área metropolitana. Y se ha presentado en el Kennedy Centers’ Millenium Stage, en el New York Lincoln Center, en la inauguración de la presidencia de Clinton y muchos otros lugares y eventos importantes. Concluimos en que, sin el aporte de Lilo Gonzalez, la historia de la Comunidad salvadoreña sería silenciosa, triste y desolada.

Lilo cantando frente al Capitolio: foto de Ross Wells. Invito a escuchar y conocerlo más en http://www.lilogonzalez.com

(*) Magíster en Literatura, Abogado y Notario y escritor.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

También te puede interesar

Grego Pineda
Grego Pineda
Escritor de la diáspora salvadoreña en EE. UU, Magíster en Literatura Hispanoamericana, columnista y colaborador de ContraPunto

Últimas noticias