El exjefe de campaña del presidente estadounidense Donald Trump, Paul Manafort, que se entregó este lunes al FBI, tendrá que responder ante la Justicia por una serie de delitos financieros, informó el Buró Federal de Investigaciones.
Manafort y un antiguo socio suyo, Rick Gates, se enfrentan en total a 12 cargos. Las acusaciones son las primeras que se han presentado en el marco de las investigaciones del fiscal especial Robert Mí¼ller sobre la presunta interferencia de Rusia en la campaña electoral estadounidense del año pasado.
Mueller está investigando si hubo una cooperación entre Moscú y la campaña electoral del candidato republicano Trump para influir en el resultado de las elecciones, de las que salió vencedor el magnate inmobiliario.
Aunque no parecen estar relacionados directamente con las investigaciones sobre la "trama rusa", los cargos presentados hoy suponen un importante hito en las investigaciones que dirige Mí¼ller, ex director del FBI.
Medios estadounidenses especulan con la posibilidad de que el FBI pueda persuadir a Manafort de que revele informaciones sobre el escándalo que involucra a Rusia a cambio de una reducción de su condena.
Manafort y Gaten son sospechosos de conspiración contra Estados Unidos en relación con delitos como fraude fiscal, falso testimonio y lavado de dinero. Las acusaciones se refieren al período 2006-2017 y al parecer se centran en negocios lobistas de Manafort en el exterior. El período citado incluye la etapa de Manafort al frente a de la campaña electoral de Trump.
Según el diario "The New York Times", Gates está bajo la sospecha de haber desempeñado un papel en la creación de empresas fantasma en Chipre por medio de las cuales Manafort habría recibido dinero de políticos y empresarios de Europa del Este.
Manafort, un lobbista de Washington que dirigió la campaña electoral de Trump entre junio y agosto de 2016, ya había sido interrogado por el Comité de Inteligencia del Senado sobre sus contactos con Rusia y entregó documentos a investigadores del Congreso.
El lobista dimitió como jefe de campaña de Trump tras ser acusado de haber recibido importantes cantidades de dinero relacionadas con el Gobierno ucraniano del ex presidente prorruso Viktor Yanukovich.
En junio de 2016, Manafort participó en un encuentro de un hijo de Trump, Donald Trump Jr, y su yerno, Jared Kushner, con una abogada rusa, al parecer con la intención de conseguir información dañina para la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton.
