Óscar Picardo es un reconocido académico y científico salvadoreño. Nació en Uruguay, pero hace poco fue “guanaquizado” oficialmente. En el marco de esta pandemia que afecta al mundo y con la finalidad de hacer efectivo el concepto de unidad y acción para enfrentar la crisis, el equipo de investigaciones científicas de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), ha transformado su quehacer normal, para poner todas las neuronas en buscar soluciones de ciencia para enfrentar la crisis.
Picardo y su grupo de investigadores y colaboradores en diversas ramas, primero se inventaron un ambú o respitador mecánico que se utiliza para auxiliar a una persona con falta graves de respiración; existe el ambú manual, pero también uno industrial que se importa a elevados costos. El fabricado en la UFG es automatizado y de bajos costos. Puede ser usado en primeros auxilios para evitar la muerte de los pacientes antes de llegar a cuidados intensivos, según explicó Picardo.
No obstante, a lo último que Picardo y sus científicos han dedicado sus esfuerzos es a investigar y estudiar los Modelos Matemáticos por medio de los cuales, y usando las cifras oficiales, se podrían tener pronósticos aproximado la tragedia en salud y humanitaria que está provocando la pandemia del COVID-19, específicamente en El Salvador. Vale apreciar que estos modelos han sido usados con certeza en Costa Rica, Singapur, Corea del Sur y Taiwán, entre otros. Veamos qué nos dice el académico y científico de las últimas mediciones.
De acuerdo a las investigaciones que realiza la UFG en esta semana llegaríamos al pico en la curva de contagios. ¿Cuál es la situación actual? ¿Se confirma la medición que uds han hecho?
Efectivamente, los tres modelos que estamos corriendo: el SEIR, el Modelo Milán Batista MathLab y el Modelo Lagrange, nos indican que estamos en la semana pico que comenzó el 18 de mayo pasado. Ese período durará 6 ó 7 días; es un período de estabilidad o meseta. El Modelo Lagrange nos dice que ya nos hallamos con una desaceleración de casos y eso sería la antesala del descenso, que esperaríamos para esta semana entrante.
La meseta de casos antes de comenzar a bajar la curva, cuantos días puede durar? He visto que en los reportes oficiales hay oscilaciones, pero altos número de contagios. Además que el número de sospechosos es mayor ya que el de los activos. ¿Qué opinas de ello?
El tiempo que dure la meseta es un poco incierto; calculamos que pudiera ser entre 5 y 8 días, a partir del 18 de mayo. Esto dependerá del comportamiento ciudadano; que no existan aglomeraciones y alguna actividad imprevista. Pero podríamos manejar hasta entre 5 a 10 días. Reitero, que son estudios matemáticos que han sido certeros en países como Singapur, Corea del Sur, Costa Rica y Taiwán, entre otros.
¿Realmente es prudente que comience la reapertura de la economía paulatinamente el 6 de junio? ¿Que sería lo apropiado?
Respecto a la fecha de la apertura, no se puede poner o disponer hasta que las estadísticas o los modelos indiquen que hay un descenso con evidencia. Es muy riesgoso. Creería que para esa fecha, del 6 de junio –negociada entre gobierno y empresa privada-, ya estaríamos en un descenso marcado; es una alta posibilidad.
Sin embargo, tenemos que tener certeza de datos confirmados de que hay un descenso sostenido, digamos que una semana o 10 días de descenso y de ahí se podría iniciar la reactivación. No obstante, es importante en este tiempo ir afinando un plan para reactivar: con cuáles sectores, aspectos en las zonas urbanas y rurales; ver los aspectos importantes para el país. Tomar en cuenta que lo urgente tiene que ver con el tiempo y lo importante tiene que ver con las consecuencias.
¿Cómo tendría que ser ese plan de reapertura?
Sin duda tiene que ser un plan inteligente, que permita una apertura con lógica, cuidando los detalles de los sectores que están más afectados. Sería importante, reitero, armando el plan y solo cuando empiece el descenso le ponés fecha. Por el momento debería tener fases (Fase 1, Fase 2…); se debe dar un distanciamiento prudencial de esas fases y siempre mantener el monitoreo epidemiológico para no equivocarnos.
