martes, 4 marzo 2025
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Energías Renovables, cuando el relato mata el dato

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Mientras en Perú el recibo de luz sube y en Chile el costo energético vuela por las nubes, en Reino Unido se cierra la última central de energía en base a carbón.

Por Hans Alejandro Herrera Núñez.

Mientras en Perú el recibo de luz sube y en Chile el costo energético vuela por las nubes, en Reino Unido se cierra la última central de energía en base a carbón (uno de los recursos naturales más importante de las islas británicas y motor de su histórica industrialización). Ambos casos tienen un parecido: la promoción de energías renovables.  Energía limpia, quizás. Energía cara, de todas maneras.

No nos engañemos, las renovables tienen buena publicidad porque apelan a cierta esquina negra de nuestra culpa. Bajo una premisa ética se esconde sin embargo unos sobrecostos en el pueblo que no es otra cosa que un mercado energético manipulado a través de los subsidios.

Potencias como Reino Unido y Alemania han renunciado a su soberanía energética en favor de unas fuentes supuestamente éticas pero menos eficientes como son las renovables, las cuales viven de subsidios estatales externalizados a través de gravamenes a las tarifas o a través de la emisión de deuda en bonos que pagaremos todos, o al menos nuestros hijos si es que tenemos hijos en lugar de gatos.

Para comprender este fenómeno mejor, es importante conocer un precedente de la manipulación del mercado que hizo una energética no renovable como el gigante Enron, que no tiene nada de verde, pero cuyo ejemplo puede ser profecía de lo que nos depara el futuro de una energía limpia, cara y de ganancias exclusivas de unos cuantos multimillonarios que terminaremos pagando todos. Porque lo que compramos con las renovables es culpa.

Enron, una profecía de  nuestro futuro

La siguiente es una historia parafraseada del periodista independiente Lord Draugr, el cual es un hecho histórico que parece repetirse ahora en Perú en forma de cuento de hadas verde.

El siguiente viene de su guion el cual he sintetizado para conocer el caso Enron. De verde solo los dólares, pero ojo, aquí se entrevee un modelo para los que promueven las renovables.

Artimañas contables, 20 mil empleados en la calle y un imperio energético con pies de barro. Eso fue Enron.

Todo empezó con Kenneth Lay en 1972, cuando el presidente Nixon lo designa subsecretario adjunto de energía. Eran los años 70, una época de cambio en el mercado de energía.

Previamente en EE.UU., el presidente Roosevelt, años atrás, introdujo una dura regulación del mercado de gas en los años 30. A muchos republicanos les fastidiaba esto pues buscaban un mercado desregulado que facilitase la competencia y que esto bajase los precios de gas (este relato ¿les suena familiar?). Esto se tradujo en un lobby energético que terminara con esa regulación. Y Lay fue uno de los impulsores de este lobby quien logró en 1978 que se promulgase la Natural Gas Policy Act of 1978. Y con la desregulación se puso el mercado patas arriba, obviamente el precio en invierno subió mucho y para solucionar ese problema se creó un mercado de futuros en cuanto al precio de la compra de parte de la planta a la extractora respecto al año siguiente. Esto puede convenir a la planta eléctrica porque quizá al año siguiente el precio de gas está por las nubes pero como tiene un precio fijado en el contrato le sale mejor el negocio, y es el consumidor el que se coma esa subida. Los contratos de futuro ayudaban a cubrir a las empresas respecto a la volatilidad del precio de gas. En los años 80 Houston Natural Gas Company se fusiona con Internorth naciendo el gigante energético Enron con Lay a la cabeza. Sin embargo el primer año de Enron fue terrible, perdió dinero por sus contratos de futuros. Sin embargo en los 90s las cosas cambiarían cuando un joven narcisista consultor llamado Jefferey Skilling  quien aportó la gran idea de crear un banco de futuros de gas, y fue a través de este que Enron comenzó a especular con futuros de energía a gran escala. Esto sumado al paso de la contabilidad histórica  tradicional a la contabilidad mark to market de manera legal, convirtió a Enron en un mercado de futuros de materias primas. A la desregulación de gas le siguió el de energía eléctrica. Especularon con el futuro de gas, petróleo y electricidad, incluso quisieron especular con la banda ancha. Durante seis años consecutivos, de 1996 a 2001 la revista Fortune la declaró a Enron como la compañía más innovadora de EE.UU. Todo iba de maravilla hasta que un día apareció el artículo «Is Enron overpriced?». Y es que más que innovadora lo real es que Enron estaba sobrevalorado. Una periodista comenzó a hacer preguntas incómodas, como a la consultora de riesgos Arthur Andersen, que auditaba a Enron y que no pudo explicar de manera certera cómo obtenía sus ganancias Enron en los últimos años fiscales. Y no es que Enron estaba sobrevalorado, es que era una auténtica estafa. Y todo gracias a la contabilidad Mark to market por el que inflaba las cuentas. Apuntaban como beneficios a ciertos proyectos dinero que provenía de la financiación de otros proyectos. Eran beneficios creados artificialmente, porque se basaban en las ganancias que esperaban ganar en el futuro, cosa que nunca ocurrió. En resumen, Enron maquillaba sus deudas ocultando pérdidas y obteniendo una mejor valoración en el mercado. Después del artículo mencionado las acciones de Enron comenzaron a caer y el resto es historia que se puede revisar en el canal de Lord Draug o en Wikipedia. Entre las víctimas 20 mil empleados que perdieron sus trabajos y plan de pensiones, un alto ejecutivo se suicidó, otro murió de un ataque cardíaco y otro está en prisión.

Anécdota. Se descubrió después que Enron había estado creando escasez de electricidad de manera artificial en California, es decir provocaban apagones al exigir  cerrar a las plantas por “mantenimiento”. Esto por sus contratos de futuros, pues la escasez del bien les hacía ganar más dinero al poder revender esa electricidad hasta el 800% de precio. Se estima que el estado de California perdió 45 mil millones de dólares. Y es que Enron tenía estrechas relaciones con el clan Bush. Y dónde el poder y el dinero se juntan, la arbitrariedad emerge.

Quienes conocen un poco el tema de las energías renovables, podrán encontrar paralelismos interesantes. En fin, la Historia es un chiste que se cuenta dos veces.

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Hans Alejandro Herrera
Hans Alejandro Herrera
Consultor editorial y periodista cultural, enfocado a autoras latinoamericanas, Chesterton y Bolaño. Colaborador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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