Sonia se levantó como un día más a “ganarse el pan”. En su rutina, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer pasa desapercibida, e incluso hablar de reivindicación de derechos es para ella una ironía. Su jornada en la maquila -desgastante y mal remunerada- refleja la realidad de muchas mujeres salvadoreñas que se enfrentan a condiciones poco o nada alentadoras.
Pese a que El Salvador ha sido reconocido a nivel internacional por sus avances en la visibilización y reivindicación de este sector a través de modelos como Ciudad Mujer que brinda atención integral, aún persisten grandes retos. El más grande: la erradicación de la violencia en todas sus expresiones, desde las más evidentes hasta las que son casi invisibles.
La legisladora del partido oficial, Norma Guevara, indica que desde la firma de los Acuerdos de Paz el país ha avanzado en proteger los derechos de la mujer y cambiar sus condiciones de vida. “Hemos dado abundante legislación para proteger los derechos”, señala.
No obstante, los hechos ponen en duda la eficacia de estos “avances”. Aunque el país cuenta con una Ley para una Vida Libre de Violencia (LEIV), juzgados especializados para hacerle frente a crímenes contra la mujer y otros instrumentos legales, solo de enero a agosto de 2016 se registraron 369 feminicidios, un 41% son de niñas, adolescentes y jóvenes según el Observatorio de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA).
Se estima que en el mismo año, alrededor de tres mujeres eran asesinadas cada dos días. Aunque el atentado contra la vida, los golpes y la violencia verbal resulta ser la violencia más visible, hay otras trasgresiones que pasan desapercibidas pero que de igual forma impactan en la vida de una mujer a un nivel más profundo y estructural.
En El Salvador, donde más de la mitad de la población es femenina, el empleo informal tiene rostro de mujer. El más reciente Análisis Socioeconómico elaborado por la Universidad “José Simeón Cañas” (UCA), indica el 54.2% del sector informal está compuesto por la fuerza de trabajo femenina muchas dedicándose a los “servicios domésticos” o a sectores como la “maquila” en donde usualmente laboran en condiciones precarias.
Según la economista Meraris López, una de las conclusiones más preocupantes del documento es que la principal forma de inserción de las mujeres en el mercado laboral es en condiciones menos favorables que los hombres y suelen ser trabajos con nula o precaria seguridad social y bajos salarios. Esto refleja una forma de violencia más estructural: la económica.
Otro de los motivos por el que el país ha estado en la vitrina internacional es por el encarcelamiento de más de 17 mujeres inocentes que han sido condenadas hasta a 40 años de prisión después de haber enfrentado complicaciones obstétricas en sus embarazos.
Vea galería de fotos: La rebeldía de ser mujer en El Salvador
Por casi dos décadas, El Salvador ha criminalizado de manera absoluta el aborto ““ inclusive en casos en los que el procedimiento es necesario para salvaguardar la vida de la mujer ““ imponiendo penas desproporcionadas a las mujeres y a los médicos.
Este miércoles, la diputada Lorena Peña, reiteró sobre la necesidad de aprobar la enmienda al Código Penal que permitiría la despenalización del aborto en casos de violación sexual, en casos de malformaciones fetales incompatibles con la vida extrauterina y cuando el embarazo ponga la salud y vida de la mujer en riesgo.
Además, presentó al parlamento salvadoreño una iniciativa para la reforma del Código de Familia, con el fin de que se prohíba el matrimonio en niñas y adolescentes.
Existen informes que remarcan que muchas mujeres antes de ser asesinadas sufrieron violencia de cualquier tipo en sus entornos, sobre todo violencia machista, económica, acoso, agresiones sexuales y físicas por parte de sus parejas o exparejas.
De acuerdo con la feminista Morena Herrera, la impunidad ha sido uno de los factores que ha permitido que la violencia se perpetúe y se entienda como una “forma de relacionarse”. Añade también que los Acuerdos de Paz no concluyeron la depuración del sistema judicial, deficiencia que conecta con la profundización de círculos de violencia.
Un ocho de marzo hace 160 años, un grupo de trabajadoras del sector textil tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York y protestar por las míseras condiciones en las que laboraban. Desde entonces han surgido distintos movimientos para reivindicar los derechos de la mujer y es en honor a ese momento que se declaró el día Internacional de la Mujer.
Aunque el miércoles se vistió de marchas y conmemoraciones en torno a la mujer, El Salvador aún tiene la ardua tarea de romper con patrones sociales. Uno de los elementos claves para lograrlo es la sensibilización no solo a nivel institucional, sino también en las comunidades, escuela, iglesia y otras esferas sociales.