El Salvador inició hoy los preparativos para recibir a los migrantes que podrían ser deportados desde Estados Unidos a consecuencia de las nuevas directrices del Gobierno de Donald Trump. Entre las medidas adoptadas destacan la firma de un convenio de cooperación para la inserción territorial de compatriotas retornados.
El acuerdo que fue suscrito por el canciller Hugo Martínez y autoridades del ministerio de Gobernación, busca crear condiciones de atención y coadyuvar los posibles impactos de las medidas adoptadas en materia migratoria por la nueva administración del país norteamericano.
La cancillería salvadoreña indicó que se fortalecerán los servicios que se brindan en ventanillas de atención a personas retornadas; en un año se han colocado a 2,200 personas en programas de productividad.
Este programa funciona en las cinco Gobernaciones Departamentales: San Salvador, Chalatenango, San Miguel, Santa Ana y Usulután. Sumado a ventanillas de atención, la cancillería aseguró que continuará apoyando programas de y reinserción económica y psicosocial de personas retornadas
Recientemente la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) se pronunció en contra de las políticas implementadas por Trump y las calificó de “inhumanas, innecesarias, poco efectivas y costosas”. El panorama es poco alentador, especialmente para los países centroamericanos donde buena parte de la economía familiar depende de remesas.
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Hace unos días, Martínez también anunció que viajará a los Estados Unidos para reunirse con autoridades del país norteamericano y “abogar” por los compatriotas que se encuentran en esa nación de manera ilegal.
El funcionario explicó que durante la visita buscará “un acercamiento con autoridades del Departamento de Estado y de Seguridad Nacional, así como del Congreso en las Cámaras Alta y Baja, para hablar sobre la situación de los compatriotas”.
La cancillería salvadoreña viaje es mediar por una nueva prórroga del Estatus de Protección Temporal (TSP) con el que unos 200.000 salvadoreños indocumentados pueden trabajar legalmente en EE.UU. y el cual fue concedido a los migrantes de ese país que ingresaron sin documentos antes de 2001.
El propósito, “es sensibilizar a las autoridades sobre la situación de nuestros compatriotas y este manera abogar por su permanecía en esa nación norteamericana”.
Según datos oficiales, casi tres millones de salvadoreños residen en el exterior, de los cuales unos 2,8 radican en Estados Unidos. Según cifras oficiales, el Gobierno estadounidense deportó a 21.443 salvadoreños en todo el 2016.
Estos 2,8 millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos enviaron entre enero y noviembre de 2016 al menos 4.102,8 millones de dólares en remesas, un 6,6 % más que en 2015 y lo que representa aproximadamente el 16,4 % del Producto Interno Bruto (PIB).