Una publicación del periódico de británico The Economist afirma que El Salvador continúa siendo el país más violento de la región centroamericana y uno de los más sangrientos de América Latina. Esto a pesar de las políticas de seguridad desarrolladas por el Gobierno salvadoreño para disminuir el crimen.
“Aunque en El Salvador se represente una leve mejoría, las políticas contra la delincuencia no hacen mucho para resolver las causas subyacentes de la violencia generada por las pandillas. (“¦) Una tendencia descendente similar es evidente en Honduras: que durante años llevaba la corona no deseada como la ciudad más asesina del mundo, ahora ocupa el tercer lugar”, explica la publicación.
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Un total de 6 mil 657 asesinatos y una tasa de 104 homicidios por cada 100 mil habitantes hicieron que el país se posicionara en 2015 como el más inseguro de Centroamérica. Años anteriores, Honduras encabezaba la lista con una tasa de 68 por cada 100 mil personas.
En ese entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que El Salvador estaba sufriendo de una epidemia de violencia al sobrepasar la tasa de 10 muertes violentas por cada 100 mil habitantes. De este modo continuó el primer trimestre de 2016, las cifras mantenían su tendencia a la alza entre masacres y luto.
En consecuencia, el Gobierno salvadoreño desarrolló una serie de medidas de emergencia contra la ola delincuencial; y en el segundo trimestre de 2016, logró reducir la tasa de homicidios en 80.20 por cada 100 mil salvadoreños. En lo que va de 2017, los asesinatos se han reducido en un 60%.
Por su parte, el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, aseguró mediante una publicación que el balance del primer año de aplicación de las medidas extraordinarias es sustancial.
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El funcionario asegura que hay una tendencia al mejoramiento del clima de violencia y tranquilidad en el país. “Nunca se dijo que esta tarea fuera fácil, ni que tuviera soluciones mágicas pero ¿dónde estuviéramos si no las hubiésemos aplicado?”, cuestiona.
Sin embargo, según The Economist, pese a dichas medidas, El Salvador sigue sangrando y ocupando importantes peldaños en la lista negra.
Un balance estadístico revelado por el Centro de Investigación de Crimen Organizado en Latinoamérica y El Caribe revela que Honduras cerró el 2016 con una tasa de 59 asesinatos por cada 100 mil habitantes; Guatemala con una de 27.3; Costa Rica finalizó con 11.8; Panamá con 9.3; y Nicaragua con siete asesinatos por cada 100 mil personas.
En América Latina, El Salvador ocupo el primer lugar con 80.2 homicidios por cada 100 mil personas; Venezuela con 59; Brasil reportó 25.7; Colombia 24.4 y México con 16. 2 homicidios por cada 100 mil habitantes.