Es normal que un partido que haya perdido las elecciones, aunque sea por un voto, se oponga en algún momento a las políticas, programas y proyectos del partido que obtuvo mayor votación.
A pesar de haber obtenido más diputados que el Fmln en el 2015, Arena ha sido incapaz de articularse como fuerza propositiva ante los problemas del país y de la población. A pesar de haber ingresado a muchos diputados “nuevos” y “técnicos”, estos no han logrado imprimir un giro más racional en la actuación de dicho partido. Algunos más bien son feroces defensores de las matrices del pasado. Incluso, algunos generales que se venden con el mucho hablar pero que pierden la brújula en la batalla.
Arena, después de la derrota electoral del 2014 y de su asamblea general, dispusieron a todos los componentes políticos de derecha a crear una gran trinchera: la del “No” a todo. La del blanco y negro, la del abismo, la del fantasma.
A la palestra saltaron las gremiales empresariales, los aliados laborales, los “tanques de pensamiento” y los “grandes” medios escritos, de televisión (evasores de impuestos en paraísos fiscales), radio y en redes sociales. Ellos han ocupado el papel político protagónico, porque su partido y sus diputados, al reconocer que no tenían una fuerza legítima de incidencia racional, se mordían por la derrota. Y los intereses personales y de grupos comenzaron a llenar de agua la trinchera.
Hoy, dicho partido dice estar en un dudoso proceso saliente de convalecencia. Pero hay una contradicción central que dicho partido no podrá resolver: ese partido seguirá siendo instrumento de grupos multimillonarios y no de procesos de democratización interna, como algunos argumentan. Hablan de renovación, pero bajo esa ecuación de no ser autónomo, Arena no tiene mayores capacidades de “reinventarse”, es decir, limpiar honestamente su imagen real ante la sociedad. Eso no lo podrán resolver. La gente tiene hoy mucha más información y conocimiento que antes.
Es por ello que se habla de retiros, renuncias, de imposiciones, presidencialismo excesivo, decisiones inconsultas, cosas que estarían llamados a resolver sin engaños y ocultamientos. Es por ello que muchos dudan que el actual proceso interno sea equilibrado y que las “reglas de juego” internas estén actualmente hechas a la medida de un delfín que no es capaz de generar el necesario arraigo social para disputar el gobierno a la izquierda.
Días atrás, el actual presidente de dicho partido anunció que los estatutos y reglamentos “están listos” y que han sido ampliamente consultados. Sin embargo, muchos paladines siguen insistiendo que “no conocen las reglas del juego” y que el corto tiempo solo favorece a un competidor que insiste en promocionarse. Algunos dejan entrever que la trampa interna está servida.
Arena tiene enfrente muchas encuestas públicas y privadas, según sus voceros, donde efectivamente, a pesar de ser una oposición acérrima, dicho partido ha perdido credibilidad. El capital y la derecha han sostenido una ciega y reactiva política de oposición. Y a cualquier iniciativa del gobierno o del Fmln salen corriendo a las naguas de la Sala de lo Constitucional.
La lógica es no dejar avanzar al gobierno de izquierda, sabotearlo infantilmente, impedir que el aparato del Estado concrete su función social y que todo quede en manos de los dictados del mercado, dominado por un puñado de grupos económicos y no de las “libertades” que pregonan y con las que encubren los intereses del gran capital.
El partido de los millonarios hace aguas. No han sido capaces de articular ni los intereses de sus propios sectores que dicen representar, dada la existencia de una argolla interna que responde a los intereses de un grupo importador e inmobiliario, que ya lanzó al estanque a su propio delfín. En otras palabras, como lo dijeron algunos competidores: “La mesa está desnivelada”.
Los que actualmente dirigen dicho partido (muy cuestionado interna y públicamente) y los que dragonean por la cúpula, se resisten a cumplir con importantes resoluciones democratizantes de su última asamblea general. Incluso, algunos novatos aún creen que dicho partido tiene un proceso de democratización. Pero dicho partido no ha hecho sus tareas y aún descarga en la Anep, gremiales, Fusades, sus “aliados” y hasta en la Sala de lo Constitucional para hacer la labor de oposición política racional e inteligente que le correspondería.
Se habla de un nuevo Acuerdo de Nación. Pero… ¿Con quién se tomaría ese acuerdo si no se sabe quién manda en la derecha? ¿Con qué grupo de Arena o de empresarios hay que hablar? ¿Con la Sala o con los importadores de vehículos? ¿Con los bancos, con los procesadores de caña, con las telefónicas o con los importadores de insecticidas o productos de consumo? En todo caso, un acuerdo de nación, tendría que ser sobre la base de los intereses de los sectores populares, trabajadores y desprotegidos.
El permanente “No” de Arena, es señal de su permanente incapacidad de comprender la sedimentación de los tiempos. ¿Los flamantes pensadores y asesores de Fusades aún le aconsejan a Arena decir un insostenible “No” a todo? ¿Es la avaricia genética la causa de la ceguera y de la falta de entendimiento de la realidad?
Es que a todo dicen que no. Representan la negatividad. No a un aumento salarial legítimo y decente. No a garantizar aumentar y estabilizar los montos sociales de las pensiones de la gente. Se niegan a fortalecer las estructuras y operaciones de justicia y seguridad para avanzar en la certidumbre de la ciudadanía, poniendo en mayores riesgos a policías y soldados. Se niegan a avanzar en un programa que proporcione oportunidades y capacidades a la juventud de sectores populares y medios. ¿La Sala, como aliada y coaligada, declarará inconstitucionales los programas sociales?
Además de que no se sabe quién toma decisiones en la cúpula (hay que recordar el retiro de Arena de la llamada interpartidaria), a nivel municipal, por ejemplo, no se sabe si son representantes políticos o gentes vinculadas a estructuras delictivas.
Muchos directivos de ese partido cuestionan las recientes resoluciones absolutorias de su llamado tribunal de ética. Agregamos que Arena tampoco le ha clarificado a la sociedad, a sus estructuras y militancia el destino de millones de dólares procedentes de Taiwan y que estaban dirigidos a los damnificados por los terremotos.. Arena sigue plagada de destinatarios.
Camino a su proceso de elección de autoridades internas por “las bases del partido” ¿Cómo resolverá el padrón de militancia, por ejemplo, en los municipios de Apopa, Sacacoyo o Ilopango, entre otros, donde sus cuadros y militantes están vinculados y relacionados con estructuras que cometen delitos sistemáticos? ¿Serán ellos los electores democráticos del nuevo Coena?
Ellos sabrán.
P.D.
Fiscalía debe ir al fondo del asesinato del concejal de Apopa.