No hubo perdón, para nada; y eso era lo que querían escuchar los diputados de la Comisión de Seguridad que citaron a Carlos Marroquín, director de la Unidad de Reconstrucción del Tejido Social, dependencia del Ministerio de Gobernación, para que explicara sobre qué base señaló durante una entrevista televisa el pasado 23 de septiembre, que los partidos Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), estaban tras el incremento de los homicidios que hubo ese día.
Fue el diputado Ernesto Vargas de ARENA, quien tomó la palabra primero. “No quiero que esto tenga un ingrediente de concepción política, sino desde una perspectiva jurídica, pues hizo un señalamiento que es grave contra el Congreso de la República y los diputados”.
Cuando dijo en la entrevista que la violencia es un negocio, solamente criminales pueden tener criterios como ese, remachó Vargas.
El diputado Javier Valdéz, del FMLN le pidió al funcionario del Ejecutivo que presentara pruebas de las afirmaciones que hizo. “Que diga con nombre y apellido, quiénes son esas personas que están tras el aumento de lo homicidios para que la Fiscalía General y la Policía Nacional Civil hagan las investigaciones”.
El legislador Raúl Beltrán Bonilla, del Partido de Concertación Nacional (PNC), fue más tajante. “Usted (Carlos Marroquín), es el encargado de restaurar el destartalado tejido social que tiene el país y que no será fácil recuperarlo con señalamientos y acusaciones, estamos llegando a un nivel en donde el Ejecutivo y el Legislativo vamos a una guerra Santa y a saber quién de los dos va a quedar vivo”.
Los legisladores en más de dos ocasiones proyectaron parte de la entrevista en TCS del vienes 23 en donde Marroquín citaba que ARENA y el FMLN estaban implicados en el aumento de crímenes, como para refrescarle la memoria.
El director de la Unidad de Tejido Social mientras tanto, escuchaba tranquilamente los comentarios de los políticos. Cuando el presidente de la Comisión José Almendáriz, le dio la palabra, manifestó que sus declaraciones fueron sobre la base de un supuesto.
“Lo que yo hice fue una referencia a dos personas jurídicas (ARENA y FMLN), que no tienen honor y ustedes lo saben, si alguien que está en esta mesa se sintió aludido por las declaraciones que hice, este no es el lugar adecuado para discutir este tema, eso debería de ser en un juzgado y yo, no veo acá al representante legal del FMLN ni el de ARENA”, expuso.
Pero estas palabras lo único que provocaron fue que los diputados se pusieran a la defensiva.
Rodrigo Ávila de ARENA lo cuestionó y le pidió que fuera directo; que diera nombres de quiénes están involucrados en el alza de los homicidios. “Su actitud ha sido irresponsable, ha hecho alegatos que pueden constituirse en delitos. Le pregunto que me diga sí o no”.
Marroquín se limitó a citarle el artículo 11 de la Constitución: “Las declaraciones que se obtengan sin la voluntad de la persona carecen de valor”.
“Si o no director, tiene pruebas sí o no”, repreguntaba Ávila y el funcionario le volvía a citar el artículo, con lo que terminó sacándolo de sus casillas al legislador que lo tildó de farsante.
“Gracias diputado, le agradezco su falta de respeto y el pueblo se lo agradece mucho más”, le respondió el director al arenero.
Carlos Ruiz, del FMLN, le dijo a Marroquín que se limitara a responder lo que le estaban preguntando y no a hablar lo que él quería. “Le solicito que no evada el fondo de lo solicitado, responda lo que se le está preguntando. ¿Tiene pruebas de que ARENA y el FMLN estamos detrás del incremento de los homicidios?
La reunión se extendió por más de una hora. Los diputados insistían en que les pidiera perdón por las acusaciones que había hecho en la entrevista televisiva y que diera pruebas de los señalamientos, pero las tan ansiadas disculpas nunca se escucharon.
Beltrán Bonilla se fue a la carga otra vez. “Creo que es mejor pedir perdón que pedir disculpas”.
El director de la Unidad de Tejido social respondió: “perdón se pide en la iglesia; de verdad, y yo me congrego y el perdón se lo pido a Dios”.
Cuando los ánimos ya se comenzaban a caldear, Almendáriz intervino y dijo que suspendía la reunión porque ya se había salido del contexto.
Al final, quedo un sinsabor en los legisladores, mientras que Marroquín se despidió y salió de la comisión.