viernes, 26 abril 2024

El maricón de la clase

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La homofobia en El Salvador es algo que está muy presente en la vida diaria de cualquier maricón, al vivir dentro de una cultura conservadora hetero-patriarcal donde se crece siendo maricón en base a prejuicios y estereotipos que muchas veces pueden provocar confusión y peor aún homofobia internalizada

Para mi clase de redacción en la UDB, mi profesor nos pidió escribir entradas semanales en un blog y decidí escribir sobre lo inusual: ser el maricón de la clase. Ese blog, más que informativo, está dedicado a todos los que fuimos llamados “maricones, anormales y no te acerques a mi hijo” alguna vez en nuestra vida. Busco enfatizar desde mi perspectiva, experiencias, mitos y realidades de ser homosexual en un país tercermundista. Temas como el pasado y actualidad de la homosexualidad en el país, la homofobia interna, el micro-machismo y la violencia verbal y física contra la comunidad lgbtiq+.

Es raro hablar de esto cuando nadie más lo hace porque no encuentro una base para fundamentar lo que quiero decir o para explicar cómo es vivir siendo gay en un país conservador. Y es que los referentes de personas abiertamente homosexuales en El Salvador son pocos o inexistentes. Las personas aún temen hablar de sexualidad, aún se teme decir la palabra gay como si esta palabra fuese una amenaza mortal. No todos hablan sobre su sexualidad en general y rara vez se expresa o se menciona algo sobre ser gay o bisexual por temor a lo que puedan decir o a cualquier repercusión sobre este tema.

La falta de representación de personas homosexuales genera una visión superficial de cómo es una persona gay y como debe verse o comportarse. Aún se asocia a la persona homosexual con esa imagen superficial y genérica de película de comedia de los 2000 donde la persona gay es afeminado, extrovertido, superficial, chismoso, metido y criticón; ni hablar del típico cliché del mejor amigo gay del que todos estamos hartos. Pero no existe nada malo sobre la representación femenina o queer (Identidad sexual o degénero que no corresponde a las ideas establecidas de sexualidad y género) porque de eso trata el colectivo, de la diversidad. Pero hablo de la absurda asociación de esta identidad hacia todas las personas homosexuales y es que en primer lugar no debería existir ninguna clasificación o una sola forma de ser gay, todas las personas somos diferentes y no deberíamos juzgar las personalidades de otros gais. Pero es muy incómodo recibir comentarios o preguntas sobre la forma en la que “no me veo gay” porque cómo carajos tengo que verme para que la gente crea que soy gay e incluso algunos gais creen que tenemos que vernos todos iguales o actuar de la misma forma, no a todos nos gusta RuPaul, hablar de la cultura pop o criticar a los demás.

Y es que ver a RuPaul o ser sassy no es un crimen o algo que se tenga que abolir pero no es la única representación o la única verdadera identidad de ser gay. Pero, ¿por qué siento que la única personalidad que viene por predeterminado en el molde de los maricones es esta? y ¿por qué se considera que ser gay, femenino y superficial es una personalidad o un estilo de vida?

De verdad no entiendo la actitud de rivalidad al querer competir o tratar de hundir al otro por ser diferente. Y es que muchas veces me cuestiono esa necesidad del sentido de pertenencia o porque nos tenemos que identificar exactamente con algo sin poder solo nosotros mismos, pero creo que todo es producto de la mala representación o de la poca representación de personas homosexuales en el país debido al entorno hostil, homofóbico y machista en el que se vive. Es entendible, pero creo que tampoco es justificable. La personalidad y la identidad propia es lo que hace que todos seamos auténticos y sé que suena como frase positiva de cajón que mandan algunas tías al WhatsApp pero creo que es esencial que un colectivo tan colorido y genial se mantenga unido por lo que realmente es, por la diversidad.

La homofobia en El Salvador es algo que está muy presente en la vida diaria de cualquier maricón, al vivir dentro de una cultura conservadora hetero-patriarcal donde se crece siendo maricon en base a prejuicios y estereotipos que muchas veces pueden provocar confusión y peor aún homofobia internalizada.

La homofobia es el rechazo, miedo, repudio, agresión, prejuicio o discriminación hacia mujeres u hombres homosexuales. Y estos actos negativos contra la homosexualidad se manifiestan en situaciones tan cotidianas como al recibir miradas incómodas y discriminativas de la gente, al preguntarnos que por qué somos gay o al echarnos de un lugar por actuar de forma “indecorosa”. Al no permitirnos trabajar en alguna empresa por nuestra orientación sexual o no permitir que donemos sangre. También al prohibir que nos podamos casar con la persona que amamos porque esa no es la definición de “familia”.

Los homosexuales siempre hemos existido y seguiremos existiendo, no somos una plaga o algo de lo que sus hijos no deban saber. Y tratar de justificar estos actos de discriminación y odio con ideas vagas religiosas de hace dos siglos, sólo justifican el odio irracional y absurdo que nos tienen a nosotros los maricones. 

Y es que al recibir una educación donde se enseñe que la homosexualidad es un enfermedad o algo indebido y que Dios nos va a castigar por besar a otros chicos, llegamos a creernos que tal vez lo que nos gusta o lo que sentimos por alguien es incorrecto y es que muchas veces yo he llegado a pensar: ¿qué hay de malo en mí? y ¿por qué no puedo ser “normal”? y es que la palabra normal se me hace tan tonta e inapropiada. ¿Por qué desde pequeños se nos enseña que hay una sola forma de comportarnos, de vestirnos, de sentirnos y enamorarnos?

Todo va rodeado a la hetero-normatividad, a ser productos de un solo molde y muchas veces este tipo de normativas nos provocan un conflicto interno sobre lo que somos o deberíamos ser.  Creer que no podemos comportarnos de manera femenina, no poder maquillarnos o no hacer ciertas cosas porque son solamente para las mujeres. Y la homofobia internalizada es eso: el rechazo, odio y vergüenza a ciertas características de nuestra identidad y que no se alinean a lo normativo. Son los sentimientos de rechazo y vergüenza. Y sucede cuando retomamos ideas negativas y estigmas sobre la homosexualidad e introyectamos la homofobia y nos volvemos nuestros propios enemigos. Repitiendo a nosotros mismos que somos el problema viviendo en una sociedad hostil.

Y es que la homofobia internalizada es todo el prejuicio sexual y la homonegatividad al estar excesivamente pendientes de que “no se nos note” o al descalificar y burlarnos de un hombre al ser más femenino o usar make up (además de que esto último es bastante misógino). Incluso sucede cuando nos sentimos avergonzados y nos repetimos constantemente “si no fuera gay todo fuese mejor” o “está mal ser así”. Y es que tampoco podemos culpar a las personas de que se sienten de esta forma. Muchas veces la homofobia internalizada puede afectar de manera grave el bienestar físico y emocional de las personas y una forma de ayudarles es demostrarles y explicar que NO ES TU CULPA. Además creo que todos hemos tenido esa fase de estrés post-traumático al haber vivido experiencias de  homofobia y nos hemos vuelto homonegativos con nosotros mismos.

Pero escondernos ya no debería ser una opción, avergonzarnos por lo que nos gusta o por quienes somos debería ser algo del pasado. Vivimos en una era más inclusiva en donde poco a poco nos volvemos más visibles y cada vez debemos tener menos miedo de que el mundo nos intente aplastar. Y donde nos podemos apoyar entre todos al ser un colectivo muy grande e inclusivo, donde la libertad, la diversidad y la identidad son más importante que otra cosa.

https://blogdelmaricondelaclase.blogspot.com/

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