domingo, 14 abril 2024
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"El contexto del país (Colombia) es la radiografía de un continente en medio de la puja de intereses imperialistas de Estados Unidos-Unión Europa y Rusia-China" William H. Castillo

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Por Wilmar Harley Castillo Amorocho

En Colombia se realizaron las elecciones para elegir a los miembros de Senado y Cámara de Representantes, órganos donde se aprueban y modifican las leyes que afectaran o beneficiaran al pueblo y a los que miran al pueblo desde sus lujosas casas de campo. La sorpresa, esperanza y dudas invaden los resultados de este nuevo episodio de la mal llamada “democracia más antigua de Latinoamérica”.

Así fueron los resultados en el Senado: Pacto Histórico: 16, Partido Conservador 16, Partido Liberal 15, Coalición Alianza Verde y Centro Esperanza 14, Centro Democrático 14, Cambio Radical 11, Partido de la U 10, Coalición MIRA – Colombia Justa y Libre 04, circunscripciones indígenas: Movimiento Alternativo Indígena social “MAIS” 01 y Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia “AICO” 01. En Cámara de Representantes así fueron los resultados: Pacto Histórico 25, Partido Liberal 32, Partido Conservador 25, Centro Democrático 16, Partido de la U, Cambio Radical 16, Alianza Verde 11 y junto al resto de movimientos y partidos se eligieron 165 representantes. (1)

A simple vista despierta alegría y esperanza los resultados para el Pacto Histórico (PH) por ser una bancada no tradicional ni de derecha elegida considerablemente, destacando también que en este movimiento nos movilizamos la gente de a pie para la campaña, reemplazando los dineros sucios y amarrados de los gremios por la solidaridad entre los pueblos. Sin embargo, a la hora de analizar los pesos y contra pesos en un gobierno nacional del PH, la sonrisa empieza a cambiar a la seriedad. Un amigo recordaba la figura de partido de gobierno y de oposición en el siguiente posible escenario: ser gobierno junto al Partido Liberal, Partido de la U y otras fuerzas con pequeños senadores y representantes elegidos, contra la oposición encabezada por el Centro Democrático y Partido Conservador; o cerrar las puertas a cualquier acuerdo político como PH con los partidos Liberal, la U y otros tradicionales, para pelear la presidencia en completa consecuencia con el sentir de las mayorías, sin contaminación de la derecha por fragmentada que esté.

Esta última opción representaría que Francia Márquez fuera la formula vicepresidencial demostrando la ausencia de participación hegemónica de los partidos tradicionales con el PH en el gobierno nacional. Como en la política-electoral los individuos son la cara de los acuerdos implícitos entre partidos y movimientos políticos, el papel de Francia será motivo de trasnochos y muchos litros de tinto porque a su vez se pre visualiza las siguientes opciones: 1- Perder la posibilidad de ser gobierno nacional y continuar en la resistencia fuera de esa institucionalidad o 2- ser gobierno nacional con concesiones a la derecha tradicional colombiana.

Tal vez estos dos escenarios estén dejando de lado otras reflexiones e información que ayude a desmenuzar con más detalle la mejor táctica para el movimiento social colombiano de cara al reto de ganar un gobierno nacional donde otros actores políticos también tienen sus intereses allí y están haciendo guiños al progresismo y de paso a nosotros/as como comunidades organizadas. Por eso solo recordaré algunos temas, experiencias y contexto para que junto a usted amigo/a lector/a encontremos la posible solución a este momento de la larga lucha por la Vida Digna que iniciamos hace más de 500 años en Colombia y Nuestra América.

El contexto del país es la radiografía de un continente en medio de la puja de intereses imperialistas de Estados Unidos-Unión Europa y Rusia-China que impone debajo de movilizaciones sociales, golpes blandos, conflictos armados, narcotráfico y mega proyectos, la inversión económica de esos grandes países capitalistas y sus multinacionales con el objetivo de acaparar los territorios. Las experiencias sobre esa radiografía (que no ha tenido cambios sustanciales a lo largo de los siglos) han sido golpes de Estado sangrientos y blandos a los gobiernos que se oponen a los intereses imperialistas y direccionan el Estado a beneficiar las condiciones de vida de las mayorías, con diferentes matices entre los gobiernos que han sufrido estos ataques de la derecha criolla e internacional, pero tienen esa razón de fondo.

Lo que llama la atención es que en los casos del siglo XXI cuando la ola progresista bañó a gran parte del cono sur, no se divorciaron del Desarrollismo económico para sostener el Estado benefactor que los caracterizó. Aquí va el siguiente factor común: Haber tenido concesiones/acuerdos con determinadas multinacionales y fragmentos de la oligarquía local, perpetuando los conflictos territoriales previos a la llegada del gabinete progresista.

Seguidamente el papel de los movimientos sociales en esos gobiernos “alternativos” viró en dos posturas que puedo sintetizar así: quienes tuvieron puestos en el Estado y aquellos que no, lo que generó nuevos conflictos entre los actores sociales y políticos de los vecinos países. Los resultados se conocen y muchas reflexiones han surgido de los golpes de pecho por lo que no será necesario mencionarlos aquí, solo recordaré que ahí está esa rica experiencia porque se acerca nuestra hora para abordarla cuando llegue el momento de ver en la Casa de Nariño a los no deseados por la derecha colombiana.

Bueno, porque no, frente a este contexto y experiencia poner a jugar una tercera opción: pelear las presidenciales como PH sin ningún acuerdo con algún sector de la derecha criolla, llevando en alto el clamor y los sueños de las capas sociales explotadas y marginalizadas. La primera opción de continuar siendo resistencia fuera de la institucionalidad mencionada arriba es un efecto, pero no el único posible, pues la movilización callejera es una garante de que si se logre la presidencia sin vender el alma al diablo, es garante de gobernar para las mayorías desde las mayorías, es garante de exigir las condiciones por primera vez en Colombia para que la democracia participativa o radical se desarrolle sin miedo.

NOTAS:

1- https://resultados.registraduria.gov.co/camara/0/colombia 

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Wilmar Harley Castillo
Wilmar Harley Castillo
Comunicador social, especialista en Política Pública para la Igualdad. Columnista y comunicador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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