Durante el año 2019, la crisis humanitaria en el corredor migratorio Centroamérica – México – Estados Unidos nos dejó cifras alarmantes que deben ser atendidas con urgencia durante este 2020. Todo como consecuencia del recrudecimiento de los ataques a las poblaciones migrantes y en búsqueda de protección por parte de la administración Trump en los Estados Unidos.
EE. UU. comenzó el 2019 enviando a solicitantes de asilo a México, con la política “Remain in México”, y lo cerró enviándolos a Guatemala, como parte del acuerdo sobre asilo suscrito con ese país a mediados de año (y que también suscribió con Honduras y El Salvador). A quienes, a pesar de todos los obstáculos, lograron presentar sus solicitudes de asilo, la administración Trump los ha sometido a un sistema colapsado, -con más de 1 millón de personas en espera de una respuesta- y con pocas probabilidades de éxito. Finalmente, al cierre del año unas 200 mil personas de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron deportadas hacia sus lugares de origen, ya sea desde EE. UU. o México, país que se convirtió en policía migratoria ante las amenazas del gobierno estadounidense. Hasta el momento, ninguno de los tres países centroamericanos ha anunciado que adoptará nuevas medidas para mejorar la atención y reintegración de la población retornada.
A continuación, presentamos algunas estadísticas oficiales que ilustran a la crisis humanitaria en la región: números de centroamericanos deportados, casos pendientes de asilo en EE. UU. y el incremento de solicitudes de refugio en México.