La administración Trump envió a un primer migrante a Guatemala como parte de su acuerdo con el país centroamericano para que este acepte a los migrantes que buscan asilo en Estados Unidos, según funcionarios guatemaltecos.
Un hombre de Honduras llegó a Ciudad de Guatemala el jueves por la mañana. Parecía ser el único migrante en el vuelo y fue llevado a un refugio después de ser procesado.
El acuerdo representa un cambio significativo en la política de asilo de Estados Unidos pues los migrantes que puedan tener una solicitud legítima de asilo son enviados a otro país para presentar su caso.
En los últimos meses, la administración ha estado en conversaciones con los países del Triángulo del Norte –Guatemala, Honduras y El Salvador– para enviar ahí a los migrantes que buscan asilo en la frontera entre Estados Unidos y México. Los acuerdos prohíben a los inmigrantes solicitar asilo en EE.UU., con algunas excepciones, y permiten que Estados Unidos envíe solicitantes de asilo a uno de esos tres países.
No es inusual que el gobierno comience de a poco para resolver los problemas, dijo un funcionario de Seguridad Nacional. Un proceso similar de inicio lento tuvo lugar con el lanzamiento del programa de la administración para devolver a los migrantes a México a la espera de procedimientos de inmigración en Estados Unidos.
El recién nombrado secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, dijo a periodistas en el sur de Texas el jueves que los vuelos habían comenzado y que se trata de un “proceso gradual”.
La administración Trump ha promovido los acuerdos, argumentando que permiten a los migrantes buscar asilo más cerca de sus países de origen. Pero los defensores de los migrantes han respondido señalando que los países con los que Estados Unidos llegó a acuerdos no tienen la infraestructura para apoyar a estos migrantes. Wolf dijo el jueves que Estados Unidos, junto con organizaciones internacionales, está ayudando a Guatemala a acomodar a los migrantes que llegan.
Los oficiales de asilo de EE. UU. están recibiendo capacitación sobre el programa y gradualmente han comenzado a entrevistar a los migrantes para evaluar si son elegibles para ir a Guatemala, según dos fuentes familiarizadas con el proceso. Los migrantes de Honduras y El Salvador son elegibles para ser enviados de regreso a Guatemala bajo este programa, según una fuente familiar.
Según la ley de EE. UU., los inmigrantes pueden solicitar asilo una vez en territorio estadounidense. Sin embargo, hay una advertencia para aquellos que vienen a través de terceros países seguros, es decir, países con los que Estados Unidos han firmado un acuerdo. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados define “país seguro”, en parte, como “países en los que los refugiados pueden disfrutar del asilo sin ningún peligro”.
Los migrantes que se encuentran en este programa de asilo no tienen acceso a un abogado antes de ser expulsados de EE. UU., según dos fuentes familiarizadas con el proceso.
El acuerdo con Guatemala fue el primero de una serie de acuerdos similares con países centroamericanos. En el año fiscal 2019, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza detuvo y consideró inadmisible a casi un millón de personas, la mayoría de los cuales eran de los países del Triángulo del Norte.
El exsecretario interino de Seguridad Nacional Kevin McAleenan dirigió los acuerdos en los últimos meses y realizó varios viajes a Centroamérica.
Wolf ha promovido los acuerdos de manera similar. “Una vez que estén vigentes, estos acuerdos crearán una sólida capacidad de asilo en toda la región y permitirán a los migrantes buscar protección humanitaria lo más cerca posible de su hogar”, dijo durante un viaje de tres días a Texas.
Los críticos de las iniciativas de asilo del departamento han dicho que enviar migrantes a Guatemala podría ponerlos en peligro.
Michael Knowles, presidente de un sindicato local que representa a los oficiales de asilo estadounidenses, denunció la política de asilo de la administración Trump durante una audiencia en la Cámara de Representantes el martes, y la calificó de “atroz” e “ilegal”.
“Esta política es descaradamente ilegal, es inmoral y, de hecho, es la base de algunas violaciones atroces de los derechos humanos por parte de nuestro propio país”, declaró Knowles.