Incluso si se cumple el objetivo del Acuerdo del Clima de París de limitar el calentamiento global a dos grados centígrados respecto al nivel preindustrial, no puede descartarse el riesgo de que en la Tierra se produzca una era cálida (o invernadero), según un artículo publicado este lunes en la revista "PNAS".
Si se llega a ese punto, la temperatura en la Tierra subiría a largo plazo entre cuatro y cinco grados centígrados y el nivel del mar ascendería entre diez y 60 metros, según el Instituto de Postdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK).
Un equipo internacional de científicos discute sobre esa posibilidad en la revista "PNAS" y se fija sobre todo en los denominados puntos de inflexión climáticos, que podrían causar un efecto dominó en el sistema climático.
Entre esos elementos están, según el estudio, las capas de permafrost en deshielo de Rusia, los hidratos de metano de los suelos marinos y grandes ecosistemas como la Amazonía. Podrían comportarse como una fila de fichas de dominó, explica uno de los autores del estudio, Johan Rockstrí¶m, director del Centro de Resiliencia de Estocolmo y coodirector del PíŒK. Si uno de ellos cae, llevará a la Tierra a otro punto de inflexión climatológica, señala.
"El ser humano, como fuerza geológica, ya dejó sus huellas en el sistema terrestre", apunta otro de los autores del estudio, el alemán Hans Joachim Schellnhuber, director fundador del PIK. "Si con ello caen elementos sensibles del sistema terrestre, el calentamiento podría intensificarse mediante efectos de retroalimentación. El resultado sería un mundo diferente al que conocemos", apunta.
"La investigación tiene que dedicarse a calcular ese riesgo lo más rápido posible", advierte.
Según estos investigadores, podría resultar más difícil de lo que se pensaba hasta ahora limitar el calentamiento global a entre 1,5 y dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.
Actualmente, la temperatura ya es de media un grado superior a los niveles preindustriales. Incluso si se logra limitar temporalmente a los dos grados el calentamiento causado por el hombre, se podrían iniciar procesos críticos que provocarían un calentamiento aun mayor sin la intervención humana, destaca el autor principal del estudio, Will Steffen, de la Universidad Nacional Australiana (ANU) y el Centro de Resiliencia de Estocolmo.
Según el PIK, esto podría significar que el cambio climático se intensifique "también a largo plazo, durante siglos y quizás milenios".
Los denominados puntos de inflexión climatológica pueden compararse con peñascos en la playa, explica Schellnhuber. Si estos son erosionados lenta e incesantemente, en un momento dado el peso de una mosca en un punto neurálgico podría bastar para derribar la roca.
"En nuestro artículo advertimos de que en el sistema planetario ya hay peñascos erosionados de ese tipo, que describimos como puntos de inflexión. Si el calentamiento avanza lo suficiente, quizás baste con un pequeño cambio para lanzar a esos elementos a un estado totalmente diferente", apunta.
En parte de la Antártida Occidental ya se sobrepasaron algunos puntos de inflexión. "La pérdida de hielo en algunas regiones podría haber preprogramado un deshielo aún más amplio durante largos periodos allí", dice Schellnhuber. Y el colapso de la capa de hielo de Groenlandia podría empezar con un aumento de la temperatura de dos grados.
"Las líneas rojas para algunos de los puntos de inflexión están justo entre los 1,5 y dos grados de calentamiento de (el Acuerdo del Clima) de París", alerta.
Para el investigador climático Reto Knutti, que no participó en el estudio, este artículo ofrece una síntesis de muchos estudios pero no es concreto. Los autores argumentan que con un calentamiento de dos grados podría haber un umbral que lleve la Tierra a otro estado, pero a la vez señalan que todavía no está claro dónde se encuentra ese umbral, apunta el experto de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.
Sin embargo, en opinión de Jonathan Overpeck, de la Universidad de Michigan, se trata de un "artículo importante y provocador". Aunque no sea posible determinar la temperatura exacta a la que una cascada de puntos de inflexión podría llevar a la Tierra a una era cálida, es correcto preocuparse por ello, dice el experto, que tampoco participa en el estudio. "Ignorar los riesgos podría ser una catástrofe para los seres humanos y el planeta", alerta.