Por Carlos Henríquez- Consalvi, Santiago
El motor de la esperanza.
Gustavo Petro y Francia Márquez alcanzaron 8.527.768 votos. En la elección del 2018, Petro obtuvo el 25%. El día de ayer superó el 40%, doce puntos sobre su inmediato contrincante, superándole por más de dos millones y medio de votos. El candidato del Pacto Patriótico aumentó tres millones y medio de votos más, respecto al 2018 en la primera vuelta, y ha superado en 815.688 votos, los alcanzados por el actual presidente de Colombia Iván Duque.
Escribir esta tercera crónica colombiana ha sido uno de los desafíos que he tenido, desde que deje mis estudios de periodismo, primero en la Universidad Católica Andrés Bello. El segundo año lo cursé en la Universidad de Venezuela, donde apenas aprendí a escribir bajo los cánones de la época, porque más tiempo dediqué a participar en marchas contra el gobierno de turno, o contra la guerra en Vietnam. No obtuve un título universitario, sin embargo, aprendí lecciones importantes, como cuando mi profesor de historia, Pedro Duno, me invitó a acompañarle como fotógrafo para a entrevistar a Regis Debray en Camiri, quien había sido capturado por el ejército boliviano por haber estado en la guerrilla con el Ché Guevara. Cuando llegamos a la ciudad de La Paz, la entrevista se frustró pues el gobierno militar nos negó el acceso. En cambio, en el altiplano junto a las comunidades indígenas, recibí mis primeras clases sobre racismo, desigualdad y ocultamientos históricos.
Al atardecer tomé rumbo al Hotel Tequendama en busca de mi credencial de prensa para escuchar el discurso de Gustavo Petro. Entramos al hotel en medio de una multitud de simpatizantes de la coalición del Pacto Histórico, integrada entre otros por Colombia Humana y Unión Patriótica.
Unos cuantos empujones y llegamos a la puerta custodiada por mujeres policías. Muestro mi pasaporte salvadoreño; la joven uniformada constata que estoy en el listado y comenta. “¿Viene de El Salvador, la tierra de Monseñor Romero?… por favor pase”. Un custodio me palpa el cuerpo, mientras una edecán me coloca un brazalete rosado. La parte posterior del salón esta rebosante de camarógrafos y corresponsales. En la parte frontal, los ochocientos invitados dan vítores ante las excitativa de la maestra de ceremonia, enmarcada por una enorme foto de Francia Márquez, la popular candidata a la vicepresidencia. Me coloco en la valla que nos separa de los invitados.
Durante una hora estuve contemplando la escena, y la anunciada presencia de Petro no llega. Luego de una pesada jornada recorriendo centro de votación, la impaciencia y el cansancio, me hacen tomar la decisión de escuchar el discurso por televisión, en casa de amistades.
En Bogotá me proporcionan nombres de posibles entrevistados para evaluar la coyuntura: veteranos políticos o experimentados analistas. En cambio, decido escuchar la opinión de la juventud.
Inicio con Daniela González Ramos, antropóloga egresada de la Universidad Javeriana, donde formó parte del grupo de baile Yenyeré. Luego integro el grupo de investigadoras de la Comisión de la Verdad, que el 28 de junio dará a conocer el tan esperado Informe de la Verdad.
Le pregunto a Daniela sobre su percepción del momento histórico que vive Colombia, con vos firme, responde:
Yo creo que el resultado de estas elecciones nos devuelve la esperanza, porque devuelve la posibilidad de confiar en la Paz, de poder dialogar y llegar a acuerdos. La coyuntura política ha permitido visibilizar a colectividades marginalizadas. Además, el proceso electoral ha permitido abordar importantes temas que nunca se habían tocado: la importancia de las juventudes en la construcción de una sociedad inclusiva, la importancia de escuchar a sectores que fueron deshumanizados, de abordar el tema de género o de la raza. En este proceso se ha producido la suma de muchas esperanzas. El escenario postelectoral es un tanto difícil, pero se está produciendo una participación mayoritaria de personas que antes no se manifestaban y estaban relegadas, donde se reconoce la importancia que tiene la mujer en la construcción de una sociedad.
Daniela, es cierto que el resultado es histórico por la cantidad de votos obtenidos por Gustavo Petro, pero el panorama se le complica. Le hubiera beneficiado si su contendiente en la segunda vuelta hubiera sido el candidato identificado con el continuismo uribista. Pero se enfrentará a Rodolfo Hernández, quien tiene la posibilidad de atraer al electorado de los otros partidos. Ante esta realidad, se dice que la esperanza en un triunfo de Petro entra en crisis.
Disiento de que la esperanza este en crisis, todo lo contrario, siento que este es el momento de la esperanza. Los resultados electorales muestran que hay más de ocho millones de personas esperanzadas. Sea cual sea el resultado en la segunda vuelta, es importante el empoderamiento de sectores que históricamente nunca encontraron un espacio político porque fueron marginados y estigmatizados, y ese hecho palpable es el motor de la esperanza. Lo que está sucediendo es que estas personas empoderadas, están viendo la posibilidad de generar cambios sociales en un contexto de gobiernos mafiosos y corruptos. Lo vimos con el estallido social de meses atrás, donde la gente se convenció que mediante las masivas movilizaciones sociales se pueden lograr cambios. Ahora mucha gente se ha convencido que saliendo a votar, se pueden alcanzar impactos. Lo vimos en Colombia, lo vimos en Chile.
Las personas que le apostamos a una vida distinta en Colombia, tenemos que mantenernos firmes en la posibilidad de alcanzar cambios. El porcentaje de abstencionismo es muy grande, hacia ese segmento es que hay llevarle el mensaje de que si se puede.
¿Qué significaría un triunfo del Pacto Histórico en segunda vuelta?
Significaría dar termino a las mafias en el poder, que han empobrecido las comunidades. Ese triunfo significaría acabar con la cultura de la desconfianza. Lastimosamente el conflicto armado lo que hizo fue arruinar la confianza en el otro, y despolitizó a la sociedad.
¿Cuál es tu opinión sobre el candidato Rodolfo Hernández?
Es un fenómeno parecido al de Donald Trump: un personaje que abiertamente se manifiesta machista, pero que conecta con una parte de la población. No creo que sea imposible su triunfo, pero por supuesto yo no lo deseo. ¡Seria perder una oportunidad histórica para Colombia!
Bogotá, 30 de mayo 2022