La Corte Suprema de los EEUU reafirmó el derecho del acceso al aborto en una decisión emitido el 27 de junio. La decisión rechazó partes de una ley del estado de Texas que de ser aprobada hubiese limitado a un nivel inaceptable el acceso al aborto.
De haber sido aprobada la ley hubiese dejado solo unas 10 clínicas de las aproximadamente 40 que existían previamente en un territorio geográficamente enorme.
La Corte aplicó el criterio de “carga indebida” para rechazar los argumentos a favor de la ley. La ley iba a requerir que las clínicas alcanzaran al estándar de centros de cirugía independientes, incluyendo las condiciones de los edificios, equipo y personal.
Esto implicaba costos no factibles. También, hubiese requerido que los médicos estuvieran inscritos a practicar en los hospitales cercanos. Varios estudios han mostrado que estos requisitos no son necesarios para ofrecer un aborto seguro y de calidad.
El Juez Stephen G. Breyer escribió la opinión para la mayoría en el voto de 5-3, diciendo: “Nosotros hemos concluido que ninguna de estas provisiones ofrece beneficios médicos suficientes para justificar las cargas sobre el acceso que cada una impone. Cada una coloca un obstáculo importante en el camino de las mujeres que buscan un aborto [antes de la viabilidad del feto], cada una constituye una carga indebida sobre el acceso al aborto, y cada una viola la Constitución federal.”
El pretexto para las previsiones fue proteger la salud de las personas que tienen abortos, pero el Centro de Derechos Reproductivos en Nueva York, la organización que llevó el caso a la Corte Suprema, argumenta que la ley fue diseñada con el propósito de cerrar la mayoría de las clínicas que ofrecen abortos con restricciones que no tienen ninguna justificación médica.
La decisión, agrega el Centro, reafirma el derecho constitucional de una mujer a un aborto legal.