Más de 2,000 privados de libertad trabajan a diario para proteger a familias vulnerables ante la depresión tropical Eta y la pandemia del COVID-19, según informó la Dirección General de Centros Penales.
“El mandato del Presidente Bukele es que los centros penitenciarios ya no sean esas escuelas, esas universidades del mal. Hemos empezado a rehabilitar y reinsertar gente, hemos puesto a trabajar a los privados de libertad en función de la comunidad”, destacó el director de Centros Penales, Osiris Luna.
El funcionario explicó, que los privados de libertad que participan en las distintas actividades, como parte del plan Cero Ocio no pertenecen “al crimen organizado ni a estructura criminales de pandillas”.
Por primera vez los privados de libertad han sido incluidos por la Comisión Nacional de Protección Civil en la entrega diaria aproximadamente 25 mil paquetes alimentarios del Programa de Emergencia Sanitaria (PES), con lo cual se ayuda a familias que resultaron afectadas económicamente por la pandemia del COVID-19 y ahora trabajan en tareas por la tormenta tropical Eta en todo el país. “Estas personas limpian quebradas, ríos y zonas de alta vulnerabilidad.
“Están resarciendo un daño, están demostrando que quieren hacer las cosas bien’’, destacó el funcionario.
El Plan Cero Ocio incluye a otros grupos de privados de libertad que realizan actividades de cultivos de granos básicos, frutas y verduras, además de trabajos en las granjas penitenciarias donde se han creado viveros.
“Los reos han trabajado en labores de mantenimiento y limpieza para instituciones como el Ministerio de Turismo, Instituto Salvadoreño Para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (ISNA) y la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), entre otras. Además, en jornadas de reconstrucción en sedes policiales, con lo cual se genera un ahorro en el pago de mano de obra”, argumentó.
El titular de Centros Penales detalló que el Plan Control Territorial incluye la modernización en tecnología para mantener seguridad en los recintos penitenciarios, como una suspensión del acceso telefónico, scanners de cuerpo completo y evitar todo tipo de comunicación de los reos con el exterior.
Además, se desarrollan requisas sorpresivas y “bien hechas, como se deben hacer no como las que hacían los gobiernos anteriores y siempre los reclusos mantenían celulares. Nosotros hacemos requisas para que ni siquiera un alfiler exista en las celdas”, destacó el funcionario.
