El cierre de las urnas para las elecciones internas del FMLN fue a las 4:00 p.m. Los resultados serán cruciales para el futuro del partido no por las elecciones nacionales que vendrán en 2021, sino por la credibilidad que gozan entre los dirigentes entre los militantes, tras las constantes derrotas sufridas entre 2018 y 2019 que mantienen al partido de la exguerrilla en una crisis: de partido oficialista que fue hasta mayo pasado, en la actualidad, es la tercera fuerza política.
La convocatoria era para comenzar a votar a las 8:00 a.m., este domingo. El padrón registraba cerca de 40,000 personas aptas para ejercer el voto y elegir así 3,000 cargos a nivel nacional. El más importante: secretario general, un cargo que por el momento sigue ocupando Medardo González, quien lo ha ejercido por 15 años.
Con alegría moderada, vestidos con sus camisas rojas y accesorios del rojo que pinta la bandera, los afiliados acudieron desde temprano. Para poder acceder a la urna era necesario esperar en la fila en un lapso que tomaba de cinco a 15 minutos, dependiendo de la sede.
Cerca de las 3:00 p.m., Silvia Cartagena, de la Comisión Especial Electoral del partido, anunció que el período se iba a extender hasta la 4:00 p.m.
Estas elecciones son anticipadas: antes de la fecha que correspondía. En un principio estaban programadas para el 2020, pero después de haber perdido las elecciones presidenciales en febrero de este año, la dirigiencia decidió adelantarlas y no postularse para la reelección.
El FMLN se juega la supervivencia con las futuras autoridades. Comenzando por la credibilidad de los militantes. Desde que comenzó la campaña, el aspirante a secretario general, Óscar Ortiz, denunció que no habían podido acceder al padrón. Después, Sergio Peñate, el contendiente más joven de la lista de aspirantes al máximo cargo en el partido, decidió salirse de la contienda a finales de mayo. El motivo es que, según Peñate, los dados estaban cargados a favor de Arístides Valencia, exdiputado y exministro de Gobernación. Pronto se sumaron a las mismas denuncias Vladimir Rodríguez y Cledys Molina: falta de transparencia y favoritismo.
El 1 de junio, el último presidente que gobernó con la bandera del partido, Salvador Sánchez Cerén, entregó la banda a Nayib Bukele en medio de fuertes abucheos en la Plaza Gerardo Barrios. Los diputados del partido, como Jorge Schafick Hándal y Nidia Díaz, también recibieron silbidos en señal de rechazo durante el acto.
Los llamados de los candidatos se sumaron a un período aún más aciago para el partido. El presidente Nayib Bukele comenzó a publicar una larga lista de familiares de altos dirigentes del FMLN que ocupaban cargos en el Gobierno con salarios de US$1,000 a US$8,000 mensuales sin contar bonos u otros extras, como representación. Solo el expresidente Salvador Sánchez Cerén tenía 13 familiares con línea directa, incluidos sus hijos.
Bukele terminó de condicionar la opinión pública, a través de sus publicaciones en Twitter, contra el FMLN. La creciente popularidad del mandatario, sin apenas necesitar de los medios tradicionales, arrasó con la poca credibilidad que conservaba el partido.
Quien tome las riendas del FMLN tendrá que reconquistar a su voto duro, primero. Un millón de votos menos no puede atribuirse solo a los indecisos. Después, tendrá que recuperar la voz líder de la izquierda política en el país.
Los resultados se darán a conocer en la noche. Mientras tanto, en las mesas de conteo comienzan a acumularse los observadores de cada uno de los contendientes.
De los máximos líderes actuales acudieron a votar están Medardo Ganzález, Norma Guevara y Salvador Sánchez Cerén.