El proyecto de ley para crear las Zonas Económicas Especiales (ZEE) ha vuelto a crear interés luego del inicio de las relaciones diplomáticas con la República Popular China. Según declaraciones de funcionarios de gobierno, esta propuesta es un conjunto de incentivos fiscales favorables para un territorio, no para un país.
“No es un proyecto a la medida de China. Sí hay interés de chinos y de otros empresarios de otras nacionalidades”, señaló la ministra de Economía, Luz Estrella Rodríguez, durante un encuentro con diplomáticos realizado la semana pasada.
No obstante, Rodríguez afirmó que las ZEE han despertado el interés de inversionistas de muchos países, inclusive de China. Esta iniciativa pretende atraer inversión extranjera a 26 municipios de la zona suroriental del país.
El eje regional de desarrollo del proyecto de ley será el Puerto de La Unión, de acuerdo con declaraciones a medios de comunicación realizadas por el vicepresidente de la República, Óscar Ortiz.
El vicemandatario declaró en un evento oficial en el mes de julio que “después de Estados Unidos, el mayor monto de importación de productos que entran a El Salvadores viene de China Popular”. Ortiz afirmó que “solo en el año 2017 [se percibió] más de $565 millones en importación de productos” desde dicha nación asiática.
Sin embargo, la economista Julia Evelyn Martínez cree que esta propuesta está dirigida a crear zonas “donde no se pagan impuestos, no hay subsidios ni regulaciones ambientales”. Martínez advirtió que las ZEE “tendrán resultados desastrosos en El Salvador debido a que se flexibilizan en la práctica las condiciones de contratación y se aumentan los niveles de explotación laboral”.
Por su parte, el Ejecutivo insiste que la iniciativa busca atraer inversión, pero que además contempla mejorar la conectividad del país (ampliaciones de carreteras, el desarrollo de un aeropuerto y la activación del ferrocarril para conectar las principales ciudades y puertos del país) que generaría empleos de manera indirecta para el resto de la población.