Algunos incidentes menores en Plaza Italia durante la tarde y una concentración de personas que fue creciendo en ese lugar a partir de las 18.00, en medio de banderas, lienzos y ya –a diferencia de lo que había ocurrido más temprano, en algunos incidentes– sin enfrentamientos con Carabineros, reporta el diario chileno La Tercera.
Ese era el escenario que se vivía este domingo, según dicen medios locales chilenos, en la histórica jornada del plebiscito constitucional: la tan temida violencia que podría amenazar el correcto desarrollo del histórico proceso eleccionario no fue tal y estuvo, más bien, contenida y aislada, mientras se generaba una masiva concentración en Plaza Italia cerca de las 21.00 y millones de chilenos ya habían acudido a las urnas en una jornada que desde temprano daba señales de una altísima participación, especialmente por parte de los jóvenes.
Las imágenes de largas filas afuera de los centros de votación alimentaban esa percepción. Y si bien esas escenas estaban influenciadas por las normas sanitarias, que impedían aglomeraciones de personas al interior de los recintos, durante la tarde distintos sectores ya proyectaban una participación que superaría los 8 millones de personas.
Al final del día, en definitiva, se constataba en hechos lo que se podía apreciar en dos escenas simbólicas: esas largas filas de votantes y los resultados que se habían logrado en Nueva Zelanda –donde se inició el proceso para los chilenos en el extranjero– y Australia: en esos países se impuso el Apruebo por 93% y 84%, respectivamente. Y pasadas las 21.20, los primeros cómputos oficiales del Servel daban cuenta -con un 27% de las mesas escrutadas- de un 77% para el Apruebo y 22% para el Rechazo.
A esas alturas, el número de chilenos reunidos en Plaza Italia crecía. Y en diversas ciudades de Chile se producían manifestaciones de celebración, mientras el Servel seguía actualizando las cifras: a las 22.00, un nuevo cómputo -con un 53% de las mesas- consolidaba un 77,9% para el Apruebo y un 22% para el Rechazo, mientras que respecto del mecanismo, la convención constitucional recibía -hasta esa hora y con un 25% de las mesas- un 78% para la convención constitucional y un 21% para la convención mixta.
Si bien al cierre de esta edición aún no se entregaba una cifra clara sobre participación, desde el propio Servel proyectaban que esta sería la elección con mayor votación desde la instauración del voto voluntario (2012). Para tener una comparación, en la última elección presidencial, en 2017, había un padrón de 14 millones 308 mil personas. Y votó un 46,6% (6 millones 674 mil personas). Y en la segunda vuelta votaron poco más de 7 millones, un 49% del padrón. El padrón para este año, en tanto, es de 14 millones 855 mil.
Las cifras, a esas alturas, eran elocuentes. Y si bien con solamente el 10% de las mesas escrutadas no se puede establecer un resultado definitivo, el amplio margen en favor del Apruebo sí permite proyectar que ese resultado es prácticamente imposible que se revierta, aunque sí podría ir acortándose la brecha.
Los primeros recuentos que se difundían a través de distintos medios eran vistos con atención en los distintos comandos. Por un lado, el oficialismo esperaba los resultados divididos entre dos lugares en Santiago: el comando del Rechazo en una oficina en la calle Santa María, en Providencia; el Apruebo de RN en el hotel Courtyard, en Las Condes; y Evópoli en la sede de Horizontal. Y, por otro lado, el escenario se repetía en el caso de la oposición, que se dividió entre Unidad Constituyente en las calles París y Londres; el Frente Amplio en la sede de Revolución Democrática, en Bilbao; y el PC en la sede del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, en el Barrio Brasil.