El 8 de marzo en el mundo se conmemora el día internacional de la mujer. Esta fecha se realiza en honor a las mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton, de Nueva York, que protestaban por los bajos salarios y las precarias condiciones de trabajo que padecían. Al negarse a cesar la protesta fueran incendiadas en la misma fábrica un 8 de marzo de 1908.
En El Salvador diversas organizaciones de mujeres salen a las calles para protestar y exigir sus derechos. Internacionalmente se ha llamado a un paro mundial bajo el lema “las mujeres paramos el mundo”. Con esta consigna diversas organizaciones saldrán a las calles con sus demandas, entre las principales está el cese a los feminicidios, mayor participación política, garantía a los derechos sexuales y reproductivos y la protección de los recursos naturales.
Según datos del observatorio de la violencia hacia las mujeres, de la Dirección General de estadísticas y censos (DIGESTYC) del 1 de enero al 30 de junio de 2018 se registraron 285 casos de violencia feminicida, de éstas, 212 fueron muertes violentas; en lo que va del año 2019 ya se registran más de 40 muertes violentas hacia las mujeres.
Para Gabriela Paz, feminista y activista de la colectiva “Ni una amenos” una de las exigencias en esta vía, es mejorar la atención judicial “se debe agilizar las investigaciones, sabemos que el 98 % de los casos no pasa a la vía de judicialización y tiene que ver con la investigaciones porque hay renuencia por los fiscales y lo juzgados de reconocer el delito como feminicidio” explica.
Los datos de 2016 y 2017 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) El salvador es el primer país con las tasas más altas de feminicidio a nivel regional, seguido por Honduras, Belice, Trinidad y Tobago , Guatemala y República Dominicana.
Por esta razón, las activistas consideran que se debe hacer un mayor trabajo en la prevención y la atención a las víctimas y sus familias. Consideran que el Estado debe promover acciones en caminadas a cambiar la cultura feminicida del país, apostándole a la educación en temas de género y prevención de la violencia hacia las mujeres.
También, marchan por mayor participación política. Keyla Cáceres, activista feminista, considera importante insistir en esta bandera de lucha, explica que aún existe violencia en estos espacios y censura para las mujeres “Cualquiera pueda decir que no es necesario seguir exigiendo en este ámbito, pero mientras existan espacios donde las mujeres no somos visibilizadas o somos agredidas lo seguiremos haciendo” manifestó.
Cáceres se refirió a uno de los casos recientes de la UES, donde golpearon a una estudiante que tenía un cargo político en una Junta Directiva “esta joven fue víctima de la violencia de género” afirmó. Asimismo, se refirió a la reciente elección de los representantes del Consejo Nacional de la Persona Joven “acabamos de ver una elección de siete integrantes, que son siete hombres representando a siete departamentos, por esas acciones y más es necesario conmemorar el 8 de marzo, porque aún no se nos reconoce en estos espacios” señaló.
Otra de las banderas de lucha es la garantía de derechos sexuales y reproductivos, pues permitirían que las mujeres y los hombres tengan control respecto de su sexualidad, a decidir libre y responsablemente sin verse sujetos a la coerción, la discriminación y la violencia.
Actualmente, con la penalización absoluta del aborto es imposible su cumplimiento “nos preocupamos por los limitados avances que existen en el reconocimiento del derecho a la salud integral de las mujeres, especialmente los derechos sexuales y derechos reproductivos, esto nos afecta a las mujeres diversas a lo largo de todo nuestro curso de vida.” afirma, Joshi Leban, de la colectiva Ameyali.
En esa vía, también se marcha por el respeto a la diversidad de las mujeres. Cristina Escobar, de la Colectiva lesbofeminista “Hijas de Safo” explicó las principales demandas de las mujeres lesbianas en temas de salud, educación y garantías sociales “es necesario que no se discrimine a las mujeres lesbianas en el campo laboral solo por tener una expresión “masculina”, también pedimos las mismas prestaciones de ley, como lesbianas actualmente no podemos asegurar a nuestras parejas por ser del mismo sexo y esto debe cambiar, afirmó.
Las mujeres también marcharán por la protección a los recursos naturales como el agua, exigiendo que no sea privatizada; por mayor cobertura en educación, porque siguen siendo el sector con mayor porcentaje de analfabetismo y por condiciones económicas dignas.