La Dirección General de Centros Penales ejecuta el Plan Integral de Salud para el sistema carcelario, con el cual busca prevenir enfermedades que afecten a los internos, entre estas el COVID-19.
Esta estrategia consiste en campañas permanentes en las diversas penitenciarías, para determinar el peso y talla de los reclusos y de esta manera evitar la desnutrición y otras enfermedades.
Además, acciones que se desarrollan en los centros penales no están desvinculadas de las medidas sanitarias para evitar el contagio del COVID-19.
Las jornadas de desinfección se programan cada semana en los recintos penitenciarios y hacen la higienización de todo el personal que ingresa al sistema para prevenir de forma oportuna la enfermedad.
Asimismo, Centros Penales realiza constantemente al interior de las cárceles jornada de limpieza y colocación de abate para evitar enfermedades como el dengue, zika y chikunguña, transmitidas por el zancudo. Además, el personal médico imparte constantemente charlas sobre lactancia materna para privadas de libertad.
A la fecha, Centros Penales no registra pacientes fallecidos por COVID-19. El contagio ha sido mínimo. La cifra de pacientes sospechosos aislados es mínima, y se mantiene una cantidad en observación y aislados para evitar un foco de contagio.
En reiteradas ocasiones las autoridades de Centros Penales han señalado que la estrategia de prevención para evitar contagios de coronavirus ha funcionado.
En cada uno de los centros penitenciarios se está implementando los protocolos profilácticos y manejo de la enfermedad; además, se mantiene la vigilancia epidemiológica para tomar medidas ante una posible alza.
La tuberculosis es otra de las enfermedades para la cual el Gobierno articula esfuerzos para erradicarla completamente de los centros penales.