El cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez, denunció el hostigamiento que están recibiendo en redes sociales las personas que son críticas al oficialismo, entre ellos, los dirigentes religiosos que han indicado que debe corregir el gobierno en algunas de sus políticas.
“En el régimen actual, hay una política de identificar enemigos. Después de identificarlos, toda una avalancha de ataques, sobre todo en las redes sociales, se lanza sin compasión contra ellos. Y esto vale también cuando el ‘enemigo’ es un representante de las Iglesias. La persecución es un hecho evidente. Basta asomarse a las redes sociales para comprobarlo”, denunció el prelado católico al servicio de noticias alemán Deutsche Welle.
El pronunciamiento de Rosa Chávez acompaña las denuncias del pastor general de la iglesia evangélica Elim, Mario Vega, quien también ha declarado que hay indicios de persecución religiosa.
“Sí creo que estamos viviendo una dictadura. Tenemos ataques contra la prensa. La libertad de expresión está siendo limitada. Ahora también hay indicios de persecución religiosa”, declaró Vega a la Revista Factum.
De acuerdo con Deutsche Welle, también el director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (UCA), José María Tojeira, ha denunciado ataques contra el cardenal Rosa Chávez y contra esa casa de estudios superiores.
“En un régimen populista y autoritario como el actual, se persigue la crítica. Se ataca y se persigue a quienes hacen alguna crítica. El caso de los insultos y mentiras orquestadas desde el partido (oficialista) Nuevas Ideas contra el cardenal Rosa Chávez o contra la UCA (Universidad Centroamericana) son muestra de esa intolerancia”, explica el sacerdote jesuita.
Los salvadoreños críticos al régimen enfrentan oleadas de ataques, insultos e infundios en las redes sociales, de parte de personajes identificados o anónimos, cada vez que denuncian o cuestionan al sistema o a sus funcionarios, sus abusos o la corrupción de la que se les acusa.
Tojeira dice que el régimen actual es autoritario, pero no ha llegado a la brutalidad del régimen militar.
Sin embargo, “el control de las instituciones le facilita otro tipo de hostigamiento, que va desde la impunidad de una propaganda agresiva contra personalidades críticas, hasta la manipulación de las instituciones para manejar las leyes al propio antojo, con frecuencia en contradicción con tratados internacionales de derechos humanos ratificados por El Salvador”.
Estas denuncias surgen en el contexto de la beatificación como mártires del jesuita Rutilio Grande, el franciscano Cosme Spessotto y los seglares Nelson Lemus y Manuel Solórzano, asesinados en el inicio de la guerra en El Salvador que fueron beatificados el sábado anterior por la Iglesia Católica.
En esa oportunidad, el cardenal Rosa Chávez llamó a “recuperar la memoria”, es decir, no olvidar “el odio, venganza, dolor, destrucción, terror, muerte, calumnias, estigmatización” que trajo la guerra durante 12 años a los salvadoreños.
Entre los más de 75,000 muertos durante ese periodo (1980-1992) hay 20 sacerdotes, tres religiosas y una misionera estadounidense, recordó el purpurado en la ceremonia. Para entonces se difundían mensajes tales como “Haz patria: mata un cura” y otros ataques y amenazas públicos, la mayoría anónimos.
El gobierno de Nayib Bukele ha insistido que la guerra y los Acuerdos de Paz que le pusieron fin en enero de 1992 “son un farsa” y suprimió la celebración oficial de la firma de los pactos y dedicó la fecha “a las víctimas del conflicto”, pero no hizo una conmemoración oficial.
Pero Rosa Chávez llamó entonces a “recuperar espíritu de los acuerdos de paz y la ruta que allí se trazó”, pues “nunca la violencia será el camino para alcanzar la paz”.
“Las marchas de protesta ayudan a entender lo que está pasando y lo que necesitamos conquistar”, dijo el purpurado en la entrevista con DW.