La sección Debate Hoy “Reflexión y análisis las izquierdas en El Salvador” ha estado muy activa y productiva, los artículos provienen de personas que se identifican con distintas corrientes de la izquierda salvadoreña, todos ellos muestran la necesidad de que en el país exista un partido político de izquierda y proponen algunas de las características fundamentales que debe tener.
Estoy de acuerdo con la propuesta de Silvia Ester Matus, en su artículo del 4 de Mayo “El debate entre el feminismo y la izquierda”, propone incorporar plenamente las reivindicaciones de género en las tareas de un partido revolucionario. Personalmente creo que estas reivindicaciones debe ser parte de los objetivos a lograr a largo plazo, como parte del desarrollo ideológico político de su militancia y de la población; desde el punto de vista de sus plataformas electorales, esas reivindicaciones sólo puede incluirlas en la medida que se ha logrado una concientización previa y asumidas por los trabajadores.
En el caso del artículo de José Noel Torres “Forjemos una nueva alternativa revolucionaria”, publicado el 5 de Mayo, estoy de acuerdo en la necesidad de que el partido de izquierda tenga una moral revolucionaria; considero que es necesario que el partido de izquierda realice una buena lectura de la realidad, para identificar el momento de plantear a la población la plataforma revolucionaria que sostuvo el FMLN antes del año 1983; se necesita previamente que el partido revolucionario logre concientizar a la clase trabajadora de la necesidad de avanzar hacia el socialismo.
Estoy de acuerdo con el artículo de Mauricio Alarcón “Reflexiones sobre las izquierdas en do menor”, del 7 de Mayo, en que plantea que: una reconstrucción o construcción organizativa no debe estar centrada en el FMLN, ni limitarse a reconstituir o embalsamar a un partido electoral solamente; cualquier esfuerzo que se limite a reemplazar individuos en la dirección de un partido, sin consensuar su rumbo, reduce la perspectiva y posibilidades de dicha organización; es necesario evaluar con responsabilidad los aciertos y desacierto políticos y orgánicos; no hay solamente una izquierda, se habla de izquierdas (socialdemócratas, demócratas, socialistas, marxistas y otras formas de pensar y organizarse); se puede ser revolucionario y de izquierda, dentro y fuera del FMLN; se intenta reactivar, revivir un movimiento que se dedique a conocer, reconocer y comprender la historia de su país en un contexto global, para darle una perspectiva inequívoca hacia el desarrollo de condiciones que resuelvan los mayores problemas sociales: pobreza, violencia, corrupción, distopía (una representación imaginaria de una sociedad del futuro cuyas características son indeseables) y erosión familiar.
Estoy de acuerdo con Nery Granados en “La democracia interna no sólo se predica, se practica”, del 8 de Mayo cuando dice que la actual dirigencia deja en evidencia su nula intención en cambiar sus estilos de gestión, poniendo como ejemplo la integración del equipo de conducción del proceso electoral de la futura dirección del FMLN, no ha habido claridad en las fechas en las que se desarrollaría cada una de las etapas de ese proceso, desconfianza del padrón electoral, favoritismos o rechazos de parte de los actuales miembros de la dirigencia; propone que quienes decidan participar en este proceso y resulten electos, una de sus principales tareas será erradicar todo este tipo de prácticas antidemocráticas, que demuestran falta de madurez y de un liderazgo cercano a la población.
También respaldo los planteamientos de Varinia Arévalo en su artículo “Errores y desaciertos de la izquierda en El Salvador”, del 9 de Mayo, en el sentido que: la izquierda en el país no surge con el FMLN, previo a ello, distintas expresiones de izquierda que abogaron por su reconocimiento como opción política por la vía pacífica; con el surgimiento de FMLN, y su participación en el conflicto armado como una de las dos fuerzas beligerantes, quedó cerrada la posibilidad de otras expresiones políticas de izquierda; la izquierda, cuya única expresión con peso político era el FMLN, tuvo dentro de sus prioridades lograr cuotas de poder únicamente a través de las elecciones; al menos durante 15 años después de su primera participación electoral, ni el FMLN ni sus cuadros históricos, fueron para la población una opción real para dirigir al país; el FMLN nunca se preparó para gobernar; los cambios durante los dos gobiernos del FMLN no fueron sustanciales; en las últimas elecciones la mayoría de la población no vio ninguna o casi ninguna diferencia entre la gestión del principal partido de derecha y del partido de izquierda.