Los gastos de la Presidencia que no se pueden auditar por las instituciones correspondientes siguen como tema polémico. El presidente Nayib Bukele confirmó en su cuenta de Twitter que tomará las acciones necesarias para eliminar la “partida secreta” dentro del plan de gastos gubernamental y queda pendiente saber cuándo, o cómo.
El vicepresidente Félix Ulloa hizo eco de las afirmaciones de Bukele.
Cuando todavía era candidato, Bukele prometió eliminar “la partida secreta”, una cuenta especial que está incluida en el presupuesto. El público conoció más sobre esta partida por las distintas publicaciones en sitios de periodismo investigativo, donde se detallaba cómo distintas administraciones de ARENA y del FMLN (las únicas que se han podido auditar por completo) usaron el dinero para la corrupción.
Sin embargo, hay muchos matices que hace falta aclarar. Primero, ya la Sala de lo Constitucional había expulsado dos artículos del ejercicio fiscal 2010, que estaban conectados precisamente con la tradición de la partida secreta. “Las denominadas “˜partidas secretas”™, entendidas como aquellas que no están sujetas a control y rendición de cuentas, no tienen asidero constitucional”, estableció la sala en su sentencia de inconstitucionalidad 1-2010. Con esto, sentó las bases para aplicar el mismo criterio a otros planes de gasto.
En estas partidas o cuentas del fisco se incluye el dinero que es más complicado de auditar por las instituciones, o por los ciudadanos, en todo caso. Puede argumentarse que es para gastos en inteligencia, por ejemplo, o que son gastos imprevistos. Todo depende de la perspicacia de quien esté auditando el uso.
El gobierno de Mauricio Funes (2009-2014, ahora prófugo en Nicaragua) encontró una manera de seguir aprovechando la confidencialidad de algunos gastos asignados a la Presidencia. No fue a través de movimientos de la “partida secreta” como un conjunto, sino, a través de los gastos reservados de la Presidencia. Durante la gestión de Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) se siguió utilizando este mismo mecanismo, que dificulta las auditorías.
Esta cuenta de dinero está en el grupo 54 del presupuesto nacional. Esos números, en términos sencillos, sirven para ordenar y clasificar el presupuesto. Lo usan para los ingresos y para los gastos, para saber adónde sustraer y adónde transferir. Entonces, dentro del grupo 54 es que están los gastos reservados, bajo el componente general de Bienes y Servicios en las cuentas de la Presidencia de la República.
De acuerdo a la información disponible en el portal de Transparencia Fiscal, del Ministerio de Hacienda, dentro del cifrado 54 están programados US$52 millones para este año.
Las declaraciones de Bukele en Twitter sobre la partida secreta llegan un día después de que el titular del Ministerio de Hacienda (MH), Nelson Fuentes, dijo en una entrevista con Canal 33 que todavía no había discutido con el presidente sobre el destino de los gastos reservados. Es decir, gastos que siempre ha sido más difícil auditar (no mencionó “partida secreta”, como tampoco lo hizo la entrevistadora). Sin embargo, pronto se asoció el comentario de Fuentes con la promesa que hizo Bukele. De ahí que, más que todo en redes sociales, los usuarios cuestionaron a Bukele sobre la promesa de campaña. El martes en la tarde aseguró que mantenía su promesa.
El presupuesto 2020 ya está en proceso de elaboración. Los ministros pronto enviarán sus propuestas, para estudiarlas y decidir sobre ellas. En este contexto, ni Fuentes ni Bukele han aclarado si los gastos reservados continuarán en el presupuesto tal como ha sucedido en años anteriores, o si harán cambios. En todo caso, no hay claridad de cómo se piensa materializar la promesa de eliminar la “partida secreta”.