Por: Alessia Genoves
La beatificación de los religiosos salvadoreños Rutilio Grande, Manuel Solórzano, Nelson Lemus y del italiano Cosme Spessotto se celebrará el día sábado 22 de enero del próximo año. El anuncio es reafirmado por el Arzobispado de San Salvador, que había previsto la fecha desde el pasado 27 de agosto.
El acto religioso responde al reconocimiento de la ejemplaridad de la vida y obra de los religiosos, que declaró el Vaticano el pasado 22 de febrero. Recibió el aval oficial por el Papa Francisco, quien autorizó a la Congregación de las Causas de los Santos, que ”publicara el Decreto de Aprobación del Martirio de los Siervos de Dios, Padre Rutilio Grande S.J, y compañeros mártires”.
Los Mártires
Los salvadoreños serán reconocidos como mártires de la Iglesia, ya que murieron con violencia por grupos paramilitares, en vísperas de la Guerra Civil de El Salvador. Los hechos fueron perpetrados mientras dedicaban sus vidas a las actividades religiosas en el país.
Los clérigos Rutilio Grande, Manuel Solórzano y Nelson Lemus fueron asesinados con armas de fuego, en la fecha del 12 de marzo del año 1997, mientras se dirigían hacia la Parroquia Aguilares, en San Salvador. Los hechos fueron perpetrados por miembros del ejército paramilitar de Los Escuadrones de La Muerte, tras disparar a sus víctimas, en el interior de sus vehículos.
Tres años después ya se anunciaba el asesinato del italiano, Fray Spessotto. El hecho fue perpetrado en horas de la noche, en el altar de la Iglesia Parroquial de San Juan Nonualco, lugar en el que iba a anunciar su recuperación (leucemia). Fue asestado a balazos por “desconocidos”, según lo informan las autoridades; aunque ya había recibido amenazas de muerte por cuerpos armados.
La causa de la Beatificación tiene origen en el año 2015, por motivo del Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo Metropolitano de San Salvador. Un año después, el 7 de enero de 2016, se obtuvo la causa de congregación “Nihil Obstat”, a favor de Rutilio Grande. El decreto se emitió el 15 de agosto de ese año, para ser aprobado por el Papa Francisco en febrero del año pasado.
