En El Salvador una cirugía laser cuesta en el sector privado unos USD$4,500 por paciente. La cirugía oftalmológica para pacientes con pterigión cuesta en el sector privado de USD $ 800 a USD$1,000. La cirugía para tratar las cataratas cuesta entre USD $1,200 a USD $2,300. Requieren implantes intraoculares.
Estos padecimientos afectan ambos ojos, los precios detallados son para procedimientos quirúrgicos en un solo ojo, es decir, los costos se incrementan dramáticamente si consideramos las consultas pre y post operatorias que en el sector privado salvadoreño cuestan USD$50 y cada paciente requiere en promedio 4 consultas por operación. Precios simplemente prohibitivos para la mayoría salvadoreña como para la mayoría de la humanidad.
Las cataratas o pterigiones, afectan la cámara anterior del ojo. La catarata opaca el cristalino y suele iniciar desde los 40 años hasta limitar o perder la visión. El pterigión es un crecimiento anormal de tejido en la superficie externa del ojo. Las causas de estos padecimientos varían desde la exposición a rayos ultravioleta o un ambiente seco hasta padecimientos crónicos no transmisibles como la diabetes e hipertensión.
En El Salvador existen aproximadamente 800,000 mil personas que padecen diabetes y otro tanto padecen hipertensión. Todos estos pacientes desarrollarán a lo largo de su vida alguna afección ocular que requerirá cirugía láser. Fuentes oficiales señalan que todos los habitantes mayores de 60 años padecen algún grado de cataratas y al menos la mitad de ellos requerirán tratamiento. El pterigión es particularmente frecuente en trabajadores del campo que se exponen todo el día al sol.
La Misión Milagro inició el 8 de julio de 2004, por iniciativa de los pueblos y gobiernos de Cuba y Venezuela, con el decidido apoyo de figuras de peso internacional como el recordado Schafik Handal y el presidente boliviano Evo Morales. El proyecto humanitario surge ofreciendo servicios oftalmológicos gratuitos a los pobres del mundo. La implementación de este proyecto en El Salvador iniciaba en 2006. La iniciativa buscaba en su origen una relación Estado-Estado entre los países participantes. Previo al año 2009, en El Salvador no fue posible esa relación entre Estados para implementar esta iniciativa solidaria debido a la obtusa y extremista concepción ideológica del partido ARENA que impidió a este país centroamericano abrirse al mundo.
En un primer momento, fueron los gobiernos municipales del FMLN los que coordinaron la ejecución de esta obra de humanidad en la que cientos de pacientes salvadoreños pudieron tratarse y recuperar la vista en Cuba y Venezuela sin pagar un solo centavo. No fue sino hasta el 29 de mayo de 2015, bajo el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, que el país inaugura por primera vez en su historia un Centro Oftalmológico Nacional para albergar la Misión Milagro, que funcionaría con recursos propios y con la cooperación médica del pueblo y gobierno cubano.
A la fecha, la Misión Milagro en El Salvador ha devuelto la vista a más de 20 mil personas, todas de escasos recursos económicos. Ha brindado más de 100 mil consultas pre y post operatorias y ha permitido que el país ahorre al menos USD $25 millones. Y ningún paciente ha pagado un solo centavo por acceder a su derecho a la salud visual.
En días recientes, personajes adscritos al conservadurismo recalcitrante que ostentan cargos en el Colegio Médico de El Salvador y en la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica, se han dado a la tarea de atacar a la misión Milagro en el país, persiguiendo por razones ideológicas a sus integrantes de nacionalidad cubana cuestionando su ejercicio profesional, preparación académica y hasta su estatus migratorio.
Al prestarse a este acoso y persecución política e ideológica, los organismos citados están siendo manipulados por personajes que exhiben, al menos, supina ignorancia sobre la concepción de derechos, humanidad, solidaridad y equidad que deben prevalecer en los servicios públicos de salud. A razón de esto, las intervenciones quirúrgicas y las consultas han sido suspendidas en el Centro Oftalmológico Nacional con sede en el Hospital Nacional de San Vicente.
¿En qué se convierten estos “médicos” de la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica y del Colegio Médico salvadoreño que actuando bajo influjos del fanatismo ideológico bloquean el heroico trabajo de la Misión Milagro negando servicios de salud visual gratuita y de calidad a los más pobres de mi país?
Lo cierto es que estos organismos movidos por intereses mezquinos no representan la gratitud de todo un pueblo hacia la solidaridad y humanismo reflejados en la Misión Milagro en El Salvador conformada por médicos y especialistas de la hermana República de Cuba.
Como diría José Martí: “La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes”.